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Milán-San Remo, el australiano Gerrans quema a todos y gana el mismísimo clásico

El australiano Gerrans está más fresco que Cancellara y la Milán-Sanremo le machaca en los últimos centímetros - Defrauda a Cavendish - Tercera Nibali - Revancha en el Norte

Milán-San Remo, el australiano Gerrans quema a todos y gana el mismísimo clásico

La última gran clásica de la temporada pasada, el Giro di Lombardia, finalizó con la victoria de Oliver Zaugg. La primera gran clásica de la nueva temporada, la Milán-San Remo, vio el éxito de Simon Gerrans, australiano como Matthew Goss, ganador en 2011. No se puede decir que tanto Zaugg, un suizo completamente desconocido, como Gerrans, un título nacional. conquistado este año seguía siendo el mejor de su palmarés -pertenecen a las categorías más altas del ciclismo mundial pero, a diferencia de Lombardía, desierta por todos los grandes nombres, la carrera de Sanremo ofreció hoy momentos emocionantes, todos encerrados en el puñado de kilómetros que dividen el Poggio desde la línea de meta. Momentos de gran ciclismo ofrecidos sobre todo por Vincenzo Nibali, fresco vencedor de la Tirreno-Adriático, que despegó en las curvas finales ganando unos segundos al grupo de los mejores. Bravo Gerrans que, único, supo seguirle el ritmo. Entonces entró en escena el esperado Fabián Cancellara, que salió en busca del escalador de Liquigas y del australiano con una de sus letales progresiones. En el picado hacia el mar de Sanremo Cancellara y Nibali, con Gerrans siempre por detrás, defendieron con los dientes su pequeña ventaja. Los perseguidores encabezados por Oscar Freire, que soñaba con dar en el blanco por cuarta vez, iban unos cien metros por detrás. Pero no había nada que pudieran hacer por ellos.

Cancellara estuvo soberbio, siempre en cabeza tirando como un tren, un esfuerzo inmenso que el campeón suizo dio sus frutos en los últimos centímetros al ser reensamblado por Gerrans. Nibali, generoso pero más lento que los otros dos, ha finalizado tercero, confirmando todo lo bueno que había demostrado en la Tirreno-Adriático. Para él, están todas las condiciones para vivir una temporada al máximo. Entre los favoritos en vísperas de decepcionar sobre todo estaba precisamente el más vaticinado, ese Mark Cavendish, que pronto se rindió con el maillot arcoíris, pillado en una repentina crisis en la Salitella delle Manie. Mejor que él (y Alessandro Petacchi, que quedó inmediatamente fuera de carrera) lo hizo Philippe Gilbert, que apareció en la segunda parte, pero una caída en el descenso de Cipressa comprometió la carrera del belga. Dignificada la carrera de Filippo Pozzato, sexto y primero de los italianos. Buena también la de Peter Sagan, que acabó cuarto, compañero de Nibali (y de Ivan Basso, hoy ausente), un eslovaco de espléndidas promesas. Para Cancellara y para todos los demás grandes nombres decepcionados por Sanremo, una cita para una pronta revancha en las carreteras de los grandes clásicos del Norte.

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