comparte

México: una mezcla casi única de recursos

El artículo resume el Informe Agici "Oportunidades de Crecimiento en el Mercado Mexicano de Energías Renovables", que será presentado en un seminario en el Ambrosianeum de Milán el 7 de mayo - El evento será inaugurado por el profesor Rick Van Schoik, director del Centro Norteamericano de Estudios Transfronterizos (Nacts).

México: una mezcla casi única de recursos

México, o más bien los Estados Unidos Mexicanos, es una República Constitucional integrada por treinta y un estados federales ubicados en la zona sur de América del Norte. Por volumen de producto interno bruto, México es considerada la decimotercera economía más grande del mundo. El crecimiento económico del país está estrechamente relacionado con el de los vecinos Estados Unidos de América, que es, con mucho, el mayor socio comercial y la mayor fuente de inversión extranjera directa. El principal impulso de la economía mexicana lo proporciona el sector petrolero, que es considerado el verdadero "efectivo del gobierno". A pesar de la importancia del petróleo, el sector energético mexicano se caracteriza por la presencia simultánea de una matriz productiva compuesta también por gas natural, carbón, energía nuclear y fuentes renovables. Este proceso de diversificación comenzó a ser relevante a partir de la década de XNUMX y parece estar ganando cada vez más importancia. Las principales razones se encuentran en la preocupación por la disminución de las reservas de petróleo y en las enormes inversiones que el Estado debió/debió haber hecho para que sus plantas petroleras recuperen los niveles de eficiencia del pasado. 

Petróleo y gas natural 

Todo el sector energético se caracteriza por la presencia exclusiva del Estado. Históricamente, la economía mexicana siempre se ha caracterizado por la importancia que asume el sector petrolero. Más del cincuenta por ciento de la energía que produce el país proviene de la combustión del petróleo, del cual México es el séptimo productor a nivel mundial. Sin embargo, los últimos diez años han mostrado una fuerte reducción en las reservas de petróleo y este aspecto ha dado lugar a preocupaciones considerables sobre la estabilidad de los ingresos futuros relativos. La principal presencia en el mercado la ocupa sin duda Pemex (Petróleos Mexicanos), la empresa más grande de México así como el mayor contribuyente al sistema tributario mexicano. Para comprender mejor la importancia de este sector, basta pensar que en 2011 representó el 34% de los ingresos del Estado.

Por lo tanto, es claro que una caída en la producción tiene un impacto directo en la economía del país y en la estabilidad de su sistema tributario. La producción diaria promedio de Pemex supera los dos millones y medio de barriles, de los cuales el 75% proviene de las plantas costa afuera de Cantarell y Ku-Maloob-Zaap, ambas ubicadas en la Bahía de Campeche. Una de las mayores preocupaciones del gobierno se debe precisamente a esta concentración de la producción: cualquier tormenta tropical o huracán que pase por esa zona podría destruir activos cruciales para la economía del estado. En materia de gas natural, a pesar de las nada desdeñables reservas, México se presenta como un estado importador. Su producción, de hecho, en los últimos años, no ha sido capaz de hacer frente a la fuerte demanda debido al considerable desarrollo de las centrales de generación eléctrica de ciclo combinado. Otro elemento penalizador fue sin duda la fuerte competencia del shale-gas de Estados Unidos y Canadá, mercado en el que, sin embargo, México tiene posibilidades de convertirse en protagonista en los próximos años.

sector eléctrico tradicional

A diferencia de los sectores de petróleo y gas natural, todavía fuertemente caracterizados por la presencia monopólica de Pemex, el sector eléctrico se ha caracterizado desde 1992 por una liberalización progresiva, pero lenta. Progresivo como hoy más de un tercio de la producción eléctrica proviene de plantas privadas e independientes (IPP). Lento desde entonces, se necesitaron cinco años desde la promulgación de la ley pertinente para ver la entrada en el mercado de un productor privado. Si bien la presencia estatal sigue siendo muy fuerte, a partir de 2009 la inversión privada en el sector ha superado por primera vez a la inversión pública. En todo caso, el gigante del mercado sigue siendo la CFE (Comisión Federal de Electricidad) con una capacidad instalada de 52 GW repartidos entre sus más de doscientas plantas de producción. CFE produce electricidad a través de un amplio portafolio de plantas caracterizado por la explotación de diferentes recursos energéticos que van desde unidades tradicionales de fuel oil, ciclos combinados, centrales a carbón, hidroeléctricas, geotérmicas, renovables y finalmente también posee una central nuclear. En el pasado, la quema de petróleo representaba la parte más significativa de esta cartera de producción, pero desde principios de la década de XNUMX esta posición ha sido ocupada cada vez más por el gas natural. 

Además de la variedad de plantas, lo más interesante del mercado eléctrico mexicano son sus tasas de crecimiento. En términos de volúmenes, de hecho, este mercado ha crecido un 18% desde 2008 hasta hoy. Los ingresos por venta de electricidad han aumentado un 12% en los últimos diez años y ya en 2011 habían superado los niveles previos a la crisis económica. Dados los niveles de crecimiento de la economía mexicana y el aún bajo porcentaje de consumo industrial y residencial, solo se puede prever una mejora adicional en esta tendencia. Ante estos más que positivos escenarios, muchas empresas extranjeras de energía han decidido enfocarse en el mercado eléctrico mexicano. La española Iberdrola ha instalado centrales termoeléctricas por más de 5 GW en los últimos diez años. El líder mundial en generación de electricidad, EDF, puede presumir de una capacidad instalada en México de más de 2 GW.

Industria renovable

Actualmente, solo el cinco por ciento de la electricidad producida en México proviene de fuentes renovables. Sin embargo, esta situación está destinada a cambiar en los próximos años y ya en 2012 ha comenzado a manifestarse una tendencia positiva. El año pasado, de hecho, se caracterizó por la promulgación de una de las leyes más ambiciosas a favor de la lucha contra la cambio climático en el mundo. Entre otros, esta ley prevé dos objetivos específicos: lograr una producción a partir de fuentes renovables equivalente al 35% de la electricidad producida para 2024 y reducir sus emisiones de dióxido de carbono en un 30% para 2020 respecto a un escenario inercial. El recién elegido presidente Enrique Peña Nieto, para lograr estos objetivos, ha declarado que quiere ampliar mucho la participación de inversores extranjeros en el sector energético. Aunque la ley no presenta incentivos ni tarifas reales, similares a los que se utilizan para promover el desarrollo de la industria renovable en Europa, el sector presenta algunas peculiaridades que hacen muy atractivo este mercado. El punto de partida son, sin duda, los ingentes recursos naturales desaprovechados: de hecho, se estima un potencial eólico de más de 50 GW (frente a una capacidad instalada a finales de 2012 de algo menos de 1.5 GW) y solar de unos 7 GW (capacidad instalada de unos treinta MW). México cuenta con excelentes recursos eólicos que son ideales para la construcción de grandes parques. 

La diferencia de temperatura entre el Golfo de México y el Océano Pacífico crea en la región de Oaxaca uno de los túneles de viento más fuertes y constantes del planeta. En esta región hay zonas con una velocidad media anual del viento incluso superior a los diez metros por segundo y se calcula un factor de carga medio de más de 2500 horas para las plantas existentes. Al mismo tiempo, la región más septentrional del país se caracteriza por un índice de insolación un 60% superior al de Alemania, líder mundial en el sector fotovoltaico y comparable al de California y los desiertos del norte de África. Si estos aspectos naturales van acompañados de una perspectiva regulatoria de largo plazo, casi única entre los países industrializados, y un fuerte crecimiento esperado en la demanda de electricidad, este mercado solo puede ser considerado uno de los más atractivos del mundo. La energía eólica y la solar representan, por tanto, sin duda, los sectores con mayor número de expectativas de crecimiento para los próximos años, pero ciertamente no son los únicos. México también cuenta con más de 10 GW de energía hidroeléctrica instalada y poco menos de 1 GW de energía geotérmica. En cuanto a esta última fuente, el país es el cuarto productor mundial por capacidad instalada y el segundo, solo después de Indonesia, por recursos geotérmicos disponibles. Finalmente, en el último periodo también se empiezan a registrar importantes proyectos en el campo de la biomasa.

Conclusiones

Si por un lado los recursos tradicionales, como el petróleo y el gas natural, han venido mostrando algunas ralentizaciones en el último período, por otro lado las fuentes renovables están ocupando cada vez más la escena. La tasa de crecimiento de la capacidad eólica instalada en 2012 fue incluso superior al 100%. Seguramente en este contexto de fuerte cambio, el gobierno se encontrará ante el difícil reto de adaptarse a la nueva realidad y también deberá considerar la posibilidad de abrir el mercado de distribución y transmisión de electricidad, si no quiere asumir las enormes inversiones que necesita la red. Al mismo tiempo, si quiere estar seguro de alcanzar los estimulantes objetivos que se ha propuesto, probablemente tendrá que crear mecanismos de incentivos que vayan más allá de la simple desgravación fiscal actualmente prevista. 

Dicho esto, la extraordinaria combinación de grandes reservas de combustible, la presencia de energía nuclear, considerables recursos hídricos, geotérmicos y de biomasa, pero sobre todo la envidiable insolación y brisa, hacen de este país, en fuerte desarrollo económico, muy interesante para todas aquellas empresas energéticas. buscar nuevos márgenes a través de inversiones en el ámbito internacional. Hasta la fecha, grupos como EDF, Acciona, Iberdrola, Enel Green Power ya han respondido a este impulso con la instalación tanto de plantas tradicionales como de fuentes renovables (sobre todo parques eólicos), pero esta lista está destinada a aumentar considerablemente en los próximos meses y años.

Revisión