La crecimiento de las exportaciones chinas se ralentizó hasta casi paralizarse: en julio el incremento interanual se redujo al 1%. Y los mercados han sufrido, con el índice regional que, tras varios días de ganancias, retrocede un 0,6%.
De hecho, la reacción del mercado revela una ligera paranoia. Durante años, los países occidentales que compiten con China, así como los organismos internacionales, han predicado que China debe reequilibrar su economía, centrándose menos en las exportaciones y más en la demanda interna. Y eso es exactamente lo que está pasando. En los mismos días en que se comunicaron los datos sobre exportaciones congeladas, también se dijo que las ventas minoristas aumentan año tras año un 13,2% (con una inflación del 1,8%, se puede estimar un 11,6% real); las ventas de automóviles subieron un 11% en julio y las inversiones un 20%. Si, según las últimas estimaciones, el PIB se ha desacelerado hasta el 7,6%, lo cierto es que la demanda interna está creciendo por encima del PIB, como se esperaba.
El euro sigue rondando los 1,23 frente al dólar, y el petróleo se mantiene por encima de los 93 dólares el barril.
http://www.ft.com/intl/cms/s/0/4fcb5914-e1c6-11e1-9c72-00144feab49a.html#axzz236zrzOjq
