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Madame Bettencourt, no nos engañe

Los superricos franceses han lanzado un llamamiento a Sarkozy: "Impuestos", el país lo necesita -Pero en realidad pagan un IRPF bajo- Y Liliane Bettencourt, al frente de L'Oréal, debe incluso devolver 30 millones euros al Estado por evasión fiscal

Madame Bettencourt, no nos engañe

“Impóngannos”, imploran los ricos franceses, en un llamamiento que se publicará mañana en el semanario Nouvel Observateur. Por la noche, Nicolas Sarkozy debería complacerlos. Se presentará la maniobra de agosto, necesaria para llevar el déficit público del 5,7% del PIB a final de año al 3% en 2013. Y los Scrooges de Francia deberían ser los más gravados, mediante una especie de contribución solidaria, de imponer a las 30 familias más ricas del país.

Ya han admitido que la decisión es sacrosanta. Que buenos son. Luego, sin embargo, ciertos detalles hacen que se te caigan los brazos. Una de todas preocupa a Liliane Bettencourt, que controla el gigante de los cosméticos L'Oréal. La anciana es una de las dieciséis firmantes del generoso llamamiento. Lástima que el año pasado se encontró en la vorágine de un escándalo familiar-político-económico. Lo que provocó una fuerte evasión de impuestos en su contra. Y activos en el extranjero no declarados, como una isla en las Seychelles. Hace unas semanas Madame se vio obligada a desembolsar 30 millones de euros al Estado francés. Qué tan bien.

Que buenos tambien los demas super ricos. El tipo equivalente del Irpef aplicado al tramo de renta más alto en Francia es del 41%, que ya es inferior al de otros países europeos para el mismo nivel de renta. Pero el problema es que, gracias a diversos nichos fiscales (como en Francia se denomina a las deducciones concedidas a determinadas profesiones o en casos concretos, una maraña de normas que hacen la fortuna de los contables) el 0,01% más rico de la población paga en realidad el 17% del Irpef y el 0,001% sólo el 15. En definitiva, hay márgenes para ser generosos. Aquí estoy.

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