Il Milán vuela, el Inter se hunde. Domingo con caras decididamente diferentes para los rossoneri y los nerazzurri, el primero muy emocionado por la victoria sobre el Chievo, el segundo hundido por el sensacional nocaut con el Cagliari, rematado además por la explosión del caso Icardi. Parece increíble dadas las premisas de inicio de temporada pero mirando por encima del hombro a los primos está el Milan, que incluso acabó en el segundo puesto de la clasificación, aunque en convivencia con la Roma. El de Bentegodi fue un auténtico examen final y Montella lo aprobó de forma brillante: si hiciera lo mismo el próximo sábado con la Juve podríamos hablar incluso de una licenciatura.
“Estos discursos no nos pertenecen, tenemos que mantener un perfil bajo – explicó el entrenador. – El año pasado el Inter estuvo primero hasta enero, luego sabemos cómo terminó… Chievo empezó muy fuerte, sin embargo tuvimos algunos problemas en el manejo del balón, pero luego en el segundo tiempo fuimos buenos para legitimar la victoria. Ha sido una carrera muy intensa, resultados como este aumentan la autoestima y la convicción”.
Durante casi un rato los rossoneri fueron aplastados por Chievo, pero luego, momentos antes del descanso, Kucka pescó el comodín con un gran zurdazo desde fuera del área (45') y el partido dio la vuelta por completo. Y cuando Niang encontró el 2-0 (46') al inicio de la segunda mitad, la victoria se hizo cada vez más probable. Eso sí, no evidente, porque los de Maran reabrieron los partidos con Birsa (76', espléndido lanzamiento de falta) y el 3-1 definitivo sólo llegó en pleno descuento (94', gol en propia de Dainelli tras remate de Bacca).
Para un Milán que se regocija hay unInter que llora, cada vez más prisionera de sus propias limitaciones. La derrota interna ante el Cagliari bastaría para hablar de crisis, la explosión del caso Icardi hace que todo el mundo nerazzurri esté al borde de un ataque de nervios. El capitán enfureció a los ultras al relatar, en su autobiografía, los desagradables episodios de hace un año y medio en Reggio Emilia (duro choque con la afición tras la derrota ante el Sassuolo), la Curva primero pidió que se le quitara la banda. luego lo desafió duramente durante toda la tarde, esperándolo finalmente afuera de la casa para un “saludo” que fue todo menos amistoso.
Episodios para condenar, como las impactantes frases del propio Icardi en el libro ("Traigo cien delincuentes de Argentina que los matan ahí en el acto, luego ya veremos" el más duro de todos). "Tomaremos medidas, tenemos el deber de salvaguardar el club y hacer que la afición del Inter respete", dijo Zanetti, "hablaremos pronto con él y tomaremos todas las decisiones necesarias", repitió Ausilio. En todo ello, el argentino, evidentemente probado por el clima de San Siro, ofreció una de las peores actuaciones de su carrera, fallando incluso un penalti que podría haber cambiado la historia del partido.
En cambio, fue el Cagliari quien sonrió, apareciendo en Milán sin sumar un punto fuera de casa y regresando a Cerdeña con todo el botín. Horrible partido de los nerazzurri, muy mal gestionado a pesar de la ventaja de Joao Mario en el inicio de la segunda parte (55'). Parecía hecho, luego los de Rastelli tomaron la silla y primero encontraron el empate con Melchiorri (71'), luego el sensacional gol de adelantamiento gracias a un torpe gol en propia de Handanovic (85'). Una derrota abrasadora, la tercera consecutiva teniendo en cuenta las de Praga y Roma, que vuelve a poner a De Boer en el banquillo de los acusados.
“Es el momento más difícil desde que estoy aquí – admitió el técnico -. No entiendo por qué después de la ventaja dejamos de jugar, una vez más tuvimos la actitud equivocada. No me esperaba esta derrota: con el debido respeto al Cagliari, estos son partidos que hay que ganar". Muchos en el Inter piensan que sí, por lo que los próximos partidos (Southampton en la Europa League y Atalanta) tendrán que traer respuestas decididamente diferentes. De lo contrario, el proyecto holandés podría terminar sensacionalmente en la papelera.
