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Libia, Eni: petróleo seguro, por ahora. Pero es un desafío con Total

El polvorín libio mantiene en vilo a observadores e inversores tanto por las implicaciones geopolíticas como por los riesgos sobre la inmigración y por los económicos. El gigante italiano mantiene bajo control la producción de petróleo y gas y la cotización sube en Bolsa. Pero la política de Macron favorece a Total, que nunca deja de perseguir al perro de seis patas….

Libia, Eni: petróleo seguro, por ahora. Pero es un desafío con Total

A pesar de el nuevo caos estalló en Libia, Eni actualmente no tiene problemas particulares por sus actividades en el país norteafricano. Así lo ha confirmado un portavoz del grupo italiano, precisando que en Libia solo trabaja personal local y que "todo se desarrolla con regularidad". Pero la situación política en el país norteafricano es tan crítica que mantiene en vilo a observadores e inversores, a la espera de los acontecimientos que seguirán a la nueva crisis. La acción de Eni actualmente no se ve afectada por las tensiones y está a 16,12 euros en Piazza Affari (+0,22%) apoyada por el aumento de los precios internacionales del petróleo que comenzó hace algún tiempo y por las actualizaciones que también llegaron recientemente en la acción.

Entonces, veamos la situación y las posibles perspectivas, teniendo en cuenta la complejidad de la situación libia donde el frágil gobierno de Al Seraj está sometido a continuos choques por parte de las milicias locales y por la competencia del general Haftar, apoyado por los franceses también en un anti -Clave islámica así como para los intereses de Total en el campo. Viniendo a Eni, existe el riesgo de ataques a las plantas, pero la mayoría de las instalaciones y campos de Eni, el principal e histórico operador extranjero en Libia, donde ha estado operando desde 1959, están ubicados en la parte occidental del país  mucho menos expuestos a los ataques de los yihadistas y en plataformas marinas.

En particular, Eni opera en los campos en tierra di Wafa (gas y petróleo) ed Elefante (aceite) y en esos costa afuera di bouri (aceite) mi Bahr Essalam (gas). Este último, a través de la plataforma de Sabratha, envía el gas al centro de tratamiento de Mellitah, que a su vez lo transporta al Oleoducto Greenstream para exportar a Italia.

En Cirenaica, la región más inestable del país, Eni gestiona el yacimiento petrolífero de Abu Attifel, que sin embargo lleva ya un año y medio cerrado.

Desde el punto de vista del interés nacional, Libia es ahora el quinto proveedor de petróleo de Italia y una fuente de suministro marginal en el frente del gas. En consecuencia, en cuanto a la cantidad de suministros energéticos, la nueva crisis no representa un peligro significativo para nuestro país. Una de las fortalezas de Eni, por otro lado, es que es el principal proveedor de gas para el mercado local de Libia, duplicando el suministro en los últimos cuatro años, con 20 millones de metros cúbicos por día destinados íntegramente a alimentar las centrales eléctricas del país para una capacidad de generación de energía superior a los 3 GW. Por lo tanto, a los libios les interesa proteger a los perros de seis patas porque, de lo contrario, correrían el riesgo de permanecer en la oscuridad.

Tampoco puede por el momento justificar repercusiones en el precio del combustible, ya que el coste de la gasolina y el gasóleo está ligado a los precios internacionales del petróleo, sobre los que la crisis libia afecta de forma muy limitada.

En el caso de la crisis libia, tras la caída de Gadafi tras la guerra civil, el juego económico a seguir es el que se está jugando entre Eni y Total. Pese a las convulsiones de los últimos años, la presencia del grupo italiano en Libia sigue siendo mucho más extensa y arraigada que la del gigante francés, al que sigue persiguiendo de lejos (aunque el pasado mes de marzo acortó distancias al hacerse con el 450 % de la concesión Waha de los americanos de Marathon Oil). Eni produce actualmente en el país del norte de África 384 barriles por día, el equivalente al pico histórico alcanzado en 2017. Total, por otro lado, apunta a compartir 100 mil barriles, sin embargo un resultado mucho mejor que el logrado antes de la caída de Gaddafi, cuando la producción máxima de los franceses no superaba los 30 barriles diarios. Sin embargo, conviene recordar que Eni tiene contratos en mano con vencimientos aún largos: 2042 para la producción de petróleo y 2047 para el gas.

También para favorecer los intereses de Total, París apoya políticamente al general Khalifa Haftar, dueño de Cyrenaica, en oposición al gobierno de unidad nacional liderado por Fayez al Serraj, reconocido por la ONU (no una pequeña contradicción, siendo Francia miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas).

En los últimos meses, sin embargo, el presidente francés Emmanuel Macron se había propuesto como mediador entre las dos partes, lo que habían llegado a un acuerdo ir a nuevas elecciones el 10 de diciembre. Una cita que a estas alturas corre el riesgo de saltarse.

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