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Los idus de marzo de Trump y la oportunidad de Europa

Las dificultades con las que se encuentra el presidente estadounidense en la reforma sanitaria ya se reflejan en los mercados financieros y en el dólar, pero ofrecen a Europa la oportunidad de volver a presentarse como la alternativa real al caos

Los idus de marzo de Trump y la oportunidad de Europa

Supongo que Trump, tras el desastroso resultado de las negociaciones fallidas sobre la reforma de la odiada ley ObamaCare y el viraje del grupo de simpatizantes del Freedom Caucus, ha hecho algunas reflexiones. Quizás entendió que "House of Cards" no era más que una pálida imitación de las dificultades de gestión de los poderosos grupos de presión norteamericanos y que demasiada democracia no está a la altura de las urgencias de su política de ruptura con los clientelismos que giran en torno a la Casa Blanca.

Seguramente habrá envidiado a su aliado ruso, Vladimir Putin, y a quienes como él manejan vastas poblaciones con poder autoritario y enfrentan impulsos reformistas que difícilmente serán factibles en leyes adecuadas y eficientes en el corto plazo.

Los efectos de estas dificultades políticas de Trump se han dejado sentir en el mercado por lo que las acciones de las empresas ligadas a la venta interior han descendido desde principios de marzo una media del 5% frente a las cotizaciones de las empresas que más venden en el exterior que siguen siendo positivas, mientras que las de los bancos han retrocedido un 9%.

El quid fiscal del programa de Trump, que pasa también por la reforma del ObamaCare, comienza a ser percibido como una dificultad y una carga para los mercados financieros porque afecta los resultados esperados sobre el crecimiento del PIB de EE.UU. Y ya vimos una corrección anticipada de los movimientos en los ETFs vinculados a infraestructuras estadounidenses el 17 de marzo.

Dejando a un lado los errores de Paul Ryan, el presidente de la Casa Blanca cuyos días están contados a pesar de la confirmación del presidente Trump, para los republicanos, sin el dinero ahorrado de los excesivos costos de ObamaCare, será difícil iniciar recortes de impuestos sin incurrir en un aumento del déficit y por tanto del descontento de la base partidaria.

Asi tambien las inversiones no solo en acciones y derivados, sino también en dólares estadounidenses se están desacelerando. Para Europa existe una oportunidad de "escaparate", a partir de la firma en Roma de la renovación del tratado fundacional que ha cumplido 60 años, con el resultado de dar a las nuevas generaciones un sentido de pertenencia y el ideal de una Europa que en palabras contundentes de Esteban González Pons busca un reinicio creíble: “Europa no es un mercado, es la voluntad de convivir…Europa es la paz, es el retorno a la libertad de Grecia, España y Portugal. Europa es la caída del Muro de Berlín…”.

Palabras que ven un continente estrujado entre los populismos de los países del Norte y las olas migratorias que desembarcan en las playas del Sur de la Unión Europea, y en el Este por la guerra civil en Ucrania y las sanciones contra Rusia mientras que en el Oeste por los "muros de los ideales de Trump". Una Unión Europea que ha dejado atrás las heridas de la Segunda Guerra Mundial y ahora se enfrenta al riesgo más evidente de desintegración hacia el Brexit.

En unas semanas, la incertidumbre política que ya había dominado 2016 volverá con fuerza a presentar la factura a los inversores con el inicio de la Negociaciones del brexit. La volatilidad no se verá reflejada tanto en el VIX como en las divisas entre la libra esterlina, el euro y el dólar estadounidense, pese a que las divisas emergentes buscan reabsorber las subidas de tipos estadounidenses para distinguirse y encontrar un equilibrio justo fuera de la correlación. con las materias primas De las divisas, por lo tanto, el resultado real pasa a las perspectivas económicas y políticas de la UE y del antiguo Reino Unido (escuche el desacuerdo con los escoceses).

El último llamamiento de los "sherpas británicos" a laArtículo 24 de la OMC muestra la gravedad de la situación. De hecho, apelar a este artículo dentro del Tratado de Comercio Mundial podría conducir a un acuerdo de diez años (una especie de "período de gracia") para mantener en cero los aranceles comerciales sobre las exportaciones. De esta forma se evitarían medidas onerosas al final del período de dos años de negociaciones, dando tiempo a la definición de un TLC definitivo. Y obviamente para mantener el "pasaporte" de los productos financieros a los bancos con sede fuera de la UE en Londres.

Son dos soluciones arriesgadas que no tienen en cuenta posibles nuevas elecciones en 2018 en Gran Bretaña, como ya en las apuestas de las casas de apuestas inglesas. Desde el 29 de marzo, para las carteras invertidas, las incertidumbres siguen siendo decididamente más generalizadas que las certezas.

No será un camino fácil para la Unión Europea de aquí en adelante, pero incluso en esta segunda fase de replanteamiento de la globalización se ha demostrado que la Unión Europea es irreversible, la alternativa real al caos. No es solo un sueño compartido, sino una realidad que nos corresponde construir día a día para las futuras generaciones, quienes también están llamadas a expresarse sin dejar lugar a la astucia política de ciertas facciones que siempre han estado interesadas únicamente en preservando sus propios intereses a expensas del bien común.

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