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Trabajo, Italia tiene menos parados que España pero 15 millones de inactivos que frenan el crecimiento

Reducir el área de los que no están ni empleados ni parados es una de las condiciones previas para la recuperación que requiere inversiones en innovación, calidad, formación y capital humano - Las comparaciones entre Italia y España en el mercado laboral son esclarecedoras, pero también las diferentes tendencias entre las distintas áreas regionales.

Trabajo, Italia tiene menos parados que España pero 15 millones de inactivos que frenan el crecimiento

Convergencias y divergencias. En la zona del euro existe una moneda única y la inflación, aunque sujeta a fuertes presiones externas, tiende a asumir más o menos los mismos valores. Por lo demás, además de los diferenciales de rentabilidad entre valores públicos, lo que no converge entre los principales socios de la UE es la dinámica del mercado laboral. La confirmación proviene de los datos nacionales del primer semestre de 2011 publicados en agosto por las autoridades estadísticas, así como de los datos regionales de 2010 que Eurostat ha puesto a disposición recientemente.

A mediados de 2011, el número de desempleados en Italia se redujo a alrededor de dos millones de unidades. En la misma fecha, el cómputo de parados ascendía a 4,2 millones en España, más del doble que en Italia. Italia y España se sitúan en los dos extremos del rango de valores que asume la tasa de paro, igual al ocho por ciento en Estados Unidos frente al veintiuno por ciento en Madrid. Mejor que Italia, en la Eurozona, están Alemania con un seis por ciento, Países Bajos y Austria, donde la incidencia de parados sobre la plantilla baja incluso al cuatro por ciento.

Sin embargo, las diferencias en las tasas de desempleo solo cuentan una parte de la historia. Además de los desempleados, existen, de hecho, los inactivos, es decir, aquellos que permanecen fuera del mercado laboral porque están desanimados, incapacitados o, en cualquier caso, no interesados ​​en buscar trabajo. El aumento del número de personas inactivas no es un problema menos grave que el aumento del número de parados en una economía donde el crecimiento languidece y las reservas de riqueza acumuladas por las generaciones pasadas tienden a reducirse.

La tasa de inactividad varía en Europa no menos que la tasa de desempleo. Entre los países donde la proporción de quienes permanecen fuera del mercado laboral es más alta se encuentra Italia, con treinta y ocho inactivos por cada cien personas de entre 15 y 64 años. Por el contrario, entre los países donde la inactividad es más baja se encuentra España, con veintisiete casos por cada cien. A modo de comparación, en Alemania la tasa de inactividad es ligeramente inferior a la de España e igual al veintitrés por ciento. Razonando en cabezas más que en porcentajes, en Italia hay quince millones de personas inactivas de una población entre 15 y 64 años de unos cuarenta millones de personas. Entre la primavera de 2008, cuando comenzó la recesión, y mediados de 2011, la población italiana en edad de trabajar pero fuera del mercado laboral creció en 620. Entre el primer trimestre de 2008 y el primer trimestre de 2011, el número de inactivos se redujo en XNUMX en Alemania y en XNUMX en España.

Es difícil establecer si es menos grave para una economía tener mucho paro, como ocurre en España, o mucha inactividad, como ocurre en Italia. ¿Qué pasaría en nuestro país si de la noche a la mañana entraran en el mercado laboral las once personas inactivas por cada cien personas en edad de trabajar que tenemos más que España? ¿Aumentaría el paro o se podrían cubrir las “vacantes”, las oportunidades de trabajo en tantos oficios olvidados y no olvidados que sin embargo existen? En cualquier caso, la ambigua mezcla entre paro e inactividad es el trasfondo del grave déficit de empleo que está mostrando Italia sobre todo en el segmento joven. Los datos más interesantes al respecto se recogen a nivel regional, comparando la situación en “clusters” de territorios comparables.

Entre 2007 y 2010, la tasa de empleo juvenil cayó del treinta y tres al veintiséis por ciento en Lombardía. En el mismo período y en el mismo grupo que agrupa a las regiones industrialmente más avanzadas de Europa, la tasa de empleo juvenil se mantuvo estable en torno al 50 por ciento en Baviera y al 33 por ciento en la región francesa de Rhône-Alpes. Sin embargo, cayó bruscamente, del 45 al 29 por ciento en Cataluña, España. En otro clúster, el que reúne a las regiones "capitales", la tasa de empleo de los jóvenes en Lazio entre 2007 y 2010 se mantuvo estable en torno al 20 por ciento. Se mantuvo igualmente estable, pero en valores en torno al 38 por ciento, en la región de Berlín, mientras que descendió del 29 al 25 por ciento en el área de París y del 41 al 27 por ciento en el área de Madrid. Según los datos más recientes, hoy en día solo uno de cada cuatro jóvenes está empleado en Lombardía frente a uno de cada dos en Baviera. Solo uno de cada cinco jóvenes tiene empleo en Lazio frente a uno de cada cuatro en Madrid.

Una característica de la globalización 2.0 es devolver el valor del trabajo al centro del escenario, además de su costo. Para ser competitivo, ya no basta con mover la producción. Es la capacidad de innovación, el plus en calidad, la inversión en el capital humano de los jóvenes lo que marca la diferencia para determinar la competitividad de los territorios y su potencial de desarrollo. En el mundo de la globalización 2.0, permanecer al margen del mercado laboral será cada vez más costoso. Para un país como Italia, reducir el área de inactividad, especialmente entre los jóvenes, es una condición necesaria para relanzar el crecimiento.

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