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El Martirio de Santa Úrsula es un óleo sobre lienzo (143×180 cm) realizado por Caravaggio en 1610

HISTORIA 
El martirio de santa Úrsula es un óleo sobre lienzo (143 × 180 cm) realizado en 1610 por Caravaggio y conservado en la Galleria d'Italia-Palazzo Zevallos Stigliano, sede del museo Intesa Sanpaolo en Nápoles.  
La obra es, de hecho, la última pintura de Merisi, realizada poco más de un mes antes de su muerte por encargo del príncipe Marcantonio Doria. En 1972 la obra fue comprada como obra de Mattia Preti por la Banca Commerciale Italiana a la familia Romano Avezzana, a la que mientras tanto, tras varias vicisitudes, había pasado. 
La autoría real de la obra y su posición histórica fundamental no se esclarecerán definitivamente hasta 1980, gracias al descubrimiento, en el archivo de la familia Doria, de una carta escrita en Nápoles el 1 de mayo de 1610 por Lanfranco Massa, ciudadano genovés y abogado en la capital napolitana de la familia Doria, y dirigida a Génova para Marcantonio Doria, "Estaba pensando en enviarte el cuadro de Sant'Orzola esta semana, sin embargo, para asegurarme de enviarlo bien seco, lo puse al sol, lo que hizo que la pintura volviera antes de secarse para darnos el Caravaggio muy grande: quiero volver a ir a dicho Caravaggio para saber qué hacer para que no se estropee".  

La intervención reparadora de Caravaggio, entre el 11 y el 27 de mayo, puso ciertamente a Santa Orsola en condiciones de partir y llegar a Marcantonio Doria el 18 de junio de 1610. 
 
Es una huida de Roma que pone al artista en contacto con Doria por primera vez. Recién salido de prisión por porte ilegal de armas, en la noche del 28 al 29 de julio de 1605, Caravaggio ataca a Mariano Pasqualone, notario adjunto, con un sable en Piazza Navona. Tras haber encontrado refugio en el palacio del cardenal Del Monte, su protector, se vio obligado a refugiarse en Génova durante unas semanas durante el mes de agosto. Caravaggio conoció pues al joven príncipe durante su fugaz estancia en Génova, pero eso bastó para que el deseo de hacerse con algunas de sus obras siguiera vivo en el alma de Doria. Además, se prueba que los contactos de Doria con el medio napolitano, a través de su corresponsal Massa, fueron siempre muy interesantes. Además, una motivación emocional particular parece vincular al príncipe con la comisión del martirio de santa Úrsula: Anna Grimaldi, que hizo sus votos en Nápoles en el monasterio de Saint Andrew delle Dame con el nombre de sor Orsola, fue amada por Doria, su padrastro, como "hija amada". El Martirio de Santa Úrsula llega a Génova el 18 de junio de 1610. El 18 de julio muere el pintor. 

Los problemas sufridos por el lienzo a lo largo de los siglos - roturas, ampliaciones, repintados, que habían alterado profundamente su legibilidad y claridad iconográfica - fueron finalmente subsanados por la importante restauración promovida por el Banco y realizada entre 2003 y 2004 en el Istituto Superiore para la Conservación y Restauración de Roma, que ha devuelto la coherencia original a la imagen, ahora más fiel y cercana a las intenciones del autor. Entre las principales novedades que aporta esta compleja intervención en la lectura del cuadro, cabe señalar la recuperación del brazo y la mano extendida de un personaje que intenta en vano -con fuerte énfasis en la carga dramática de la escena- detener la flecha disparada por el verdugo; además la presencia, al fondo, de una cortina, que sugiere un escenario en el campamento del rey huno; finalmente las siluetas de un par de cabezas detrás de la copa del santo. 


DESCRIPCIÓN DE LA OBRA
 

Como es habitual, Caravaggio se aparta de la iconografía tradicional de santa Úrsula, generalmente retratada sólo con los símbolos del martirio y en compañía de una o varias de sus vírgenes compañeras; en cambio, opta por representar el momento mismo en el que la santa, al negarse a entregarse al tirano Atila, es atravesada por él con una flecha, llenando la escena de un tono exquisitamente dramático. El cuadro está ambientado en la tienda de Atila, apenas perceptible gracias a las cortinas del fondo, que casi actúan como telón de fondo teatral. Todo el entorno, como es habitual en los cuadros de Caravaggio, está impregnado de un complejo juego de luces y sombras, que sin embargo en este último cuadro del artista parece dar más ventaja a las segundas que a las primeras: es un espejo de la época convulsa. que el autor estaba viviendo la parte final de su vida. 

El primer personaje de la izquierda es el propio Atila, representado con ropas del siglo XVII; el bárbaro acaba de disparar la flecha y parece haberse arrepentido ya de su gesto: casi parece soltar el arco y su rostro se contrae en una mueca de dolor, como diciendo "¿qué he hecho?". A poca distancia de él está santa Úrsula, atravesada por la flecha apenas visible en su pecho: inclina la cabeza en esa dirección y con las manos empuja el pecho hacia atrás como para ver mejor el instrumento de su martirio. No parece sentir dolor, más bien una resignación desinteresada, pero su cara y manos muy blancas en comparación con las de los demás personajes preludian su muerte inmediata. De hecho, tres bárbaros, también vestidos con ropa moderna (uno incluso lleva una armadura de hierro), se apresuran a apoyar a Santa Úrsula, y ellos mismos parecen incrédulos ante el repentino e impulsivo gesto de su líder. En los rasgos de uno de ellos que está inmediatamente detrás de la santa, Caravaggio se ha representado con la boca abierta y una expresión dolorosa: parece recibir el piercing junto con ella. Junto al Santo, Caravaggio se retrata a sí mismo como víctima de un tirano disfrazado de arquero español. La presencia de un autorretrato del pintor no es inusual en sus obras, comenzando por las de su juventud. Teniendo en cuenta que el martirio de santa Úrsula es obra del "presentimiento", que sustanciarse ostentosamente con el mártir puede significar que la flecha mortal va dirigida a Caravaggio y que está a punto de morir por ella: casi un testamento.

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