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Líbano: la dolarización y la credibilidad no están en entredicho

Según el estudio de Intesa Sanpaolo, el marco geopolítico aún incierto no representa dificultades para financiar el déficit público, mientras que las reservas de divisas aseguran una adecuada cobertura de las necesidades externas e importaciones.

Líbano: la dolarización y la credibilidad no están en entredicho

Líbano es una economía principalmente basada en servicios, que aportan casi el 80% del PIB. El sector bancario está muy desarrollado e históricamente representa el punto fuerte de la economía del país. Los millones de libaneses que viven en el extranjero alimentan un importante negocio de viajes y turismo. Según lo informado por Centro de Estudios Intesa Sanpaolo, antes de que comenzara la actual fase de inestabilidad geopolítica, el país también experimentó un importante desarrollo inmobiliario, tanto residencial como turístico-hotelero. La producción manufacturera, en cambio, es modesta (8,0% del PIB), con la demanda de bienes de capital y consumo duradero dirigida principalmente al exterior, lo que se traduce en un importante déficit comercial (32% del PIB en promedio en la década 2004-13). Este déficit es solo parcialmente compensado por el superávit de las remesas del exterior e en los últimos 10 años la balanza de pagos ha registrado un déficit corriente promedio de 12,1% del PBI. Por otro lado, los constantes flujos financieros desde el exterior para depósitos e IED permitieron la acumulación de importantes reservas de divisas, que al cierre de 2014 ascendía a 39,2 millones de dólares, superando en una vez y media la deuda externa. El Banco Central también posee reservas de oro que en el mismo período alcanzaron los 11 mil millones. Líbano tiene una deuda pública considerable, que asciende al 134,2% del PIB en 2014sin embargo, casi todo está en manos de residentes, especialmente bancos comerciales. Reservas de divisas, incluido el oro.

Las estadísticas oficiales más recientes sobre la dinámica de la economía se refieren a 2013 e indican Crecimiento del PIB del 3%, desde el 2,8% registrado en 2012. Esta aceleración limitada reflejó el mejor desempeño de los servicios comerciales, financieros y de transporte, la producción manufacturera y la construcción. Las indicaciones sobre la evolución económica en 2014 se pueden obtener a partir de algunos indicadores tanto de carácter real como financiero que proporciona el Banco Central en base a ocho variables (producción de energía eléctrica, importaciones de petrolíferos, flujo de pasajeros en el aeropuerto, demanda de derivados del cemento, importaciones y exportaciones, cheques cobrados y oferta monetaria): la variable obtenida registró un incremento promedio de 3,2% en 2014, misma variación que presentó el año anterior. En el pasado reciente, durante las fases de crecimiento sostenido, el sector de la construcción había sido un motor de la economía del país. Los permisos de construcción aumentaron un 5,2%, luego de una caída del 12% en 2013, mientras que las entregas de cemento cayeron un 5,7%. Estos datos indican un descenso de la actividad constructora en 2014, tras la reducción de las licencias de obras solicitadas el año anterior, pero al mismo tiempo una probable recuperación en 2015. El comercio exterior mostró una importante caída tanto en las exportaciones (-15,8%) como en las importaciones (-3,5%). El desplome de las exportaciones afecta principalmente al comercio con Siria, en el pasado el principal socio comercial del país, y con Sudáfrica, la segunda contraparte gracias al comercio de minerales preciosos. El flujo de depósitos registró un ritmo de expansión cada vez más sostenido en 2014 (+7,2%) aunque ligeramente inferior al +8,4% del año anterior. La parte en moneda, equivalente al 65% del total, aumentó el 7,7%. Según las estimaciones reportadas por Intesa Sanpaolo, alrededor del 40% del stock de depósitos está en manos de no residentes. Estos datos sugieren que la incertidumbre política no ha afectado la confianza en la solidez del sistema financiero por parte de millones de libaneses residentes en el exterior e inversores principalmente de países del Golfo. El aumento del 3,3% en la generación de electricidad sugiere un sólido desempeño el año pasado tanto para la industria manufacturera como para la minería. En este contexto, el buen desempeño de los servicios, el aumento de la generación y la producción manufacturera, aun ante el desplome de las exportaciones y la caída de la actividad constructora, conducen a estiman un crecimiento del PIB de entre 2014 y 2% en 2,5.

Durante 2015 la economía se beneficiará de la caída de los precios de los hidrocarburos (en 2013 las importaciones de hidrocarburos ascendieron a 5,1 millones, el 11% del PIB), con la consiguiente reducción de costes para empresas y consumidores, y el apoyo al poder adquisitivo que supone la baja inflación. También se espera un impulso de la generosa política de liquidez del Banco Central, la demanda de refugiados alojados en el país y la ayuda de la comunidad internacional. La posible contribución de los flujos externos, especialmente en lo que respecta a la IED, el turismo y las exportaciones, sigue siendo incierto y depende de la evolución política de la región. En febrero de 2015, el índice de precios se redujo un 2,8% respecto al año anterior gracias a los menores costes de los servicios ligados a los hidrocarburos ya la disminución de los precios de los productos alimenticios. Si la demanda interna no se acelera, parece que el proceso de desinflación continuará este año.

Desde el 1999, la libra libanesa se mantiene dentro de una estrecha banda de fluctuación (LBP 1.501-1.514 por USD) frente al dólar estadounidense. El vínculo está asegurado por las grandes reservas en moneda extranjera, con la estabilidad monetaria apoyada también por los bancos comerciales que se verían en serias dificultades ante una eventual caída del tipo de cambio ya que tienen una gran parte de la deuda del país en moneda local, mientras que por el lado del pasivo tienen una gran parte del financiamiento en moneda extranjera. En el año pasado, la vinculación al dólar condujo a una apreciación sustancial del tipo de cambio efectivo real (+12% de enero de 2014 a enero de 2015). El Banco Central mantiene un alto diferencial positivo entre las tasas internas y las del dólar, con el doble objetivo de incentivar el flujo de fondos del exterior hacia las instituciones de crédito, que luego pasan a financiar la elevada deuda pública, y la acumulación de divisas reservas La tasa pasiva fue del 5,95% el pasado mes de enero.

Según datos reportados por Intesa Sanpaolo, en 2014 el déficit público se redujo al 8% del PIB, frente al 9,3% del año anterior. El año pasado las cuentas del Estado se beneficiaron de un aumento de los ingresos gracias a la recuperación de impuestos anteriores, en un escenario la carga de la deuda compromete casi el 40% de los ingresos y hace que las finanzas públicas sean extremadamente vulnerables a la dinámica de las tasas de interés. Los costos de personal absorben otro tercio, mientras que los subsidios a la empresa eléctrica estatal EDL ascienden a alrededor del 5% del PIB. Gracias al crecimiento económico sostenido y, en menor medida, a varios años de superávit presupuestario primario, el índice de deuda pública cayó del 180 % en 2006 al 123 % en 2012, antes de recuperarse al 134,2 % del PIB en 2014. A septiembre de 2014, El 40% de la deuda estaba en moneda extranjera. Los inversionistas nacionales (especialmente los bancos comerciales, seguidos por el Banco Central y las empresas controladas por el Estado) tienen casi toda la deuda pública en moneda local y el 80% en moneda extranjera. Sin embargo, cabe destacar que los bancos comerciales respaldan sus compras de valores con depósitos que en una parte importante son de no residentes, con riesgos para el refinanciamiento de la deuda pública y el stock de reservas.

La balanza de pagos registra un importante déficit corriente (promedio equivalente al 18,4% del PBI en el quinquenio 2009-13) debido a la parte comercial (déficit promedio del 32,9% del PBI en el mismo período), mientras que las cuentas de "servicios" y "transferencias" muestran importantes superávits gracias respectivamente a los ingresos del turismo y las remesas de los trabajadores migrantes. El superávit de la cuenta financiera se deriva principalmente de la IED y los depósitos en moneda extranjera de los bancos, alimentados por los millones de libaneses que residen en el extranjero.. En los primeros nueve meses de 2014, el déficit por cuenta corriente se redujo a 7,8 millones. El aumento del déficit comercial, que pasó de 11,6 millones a 11,3 millones, fue más que compensado por la cuenta de servicios (igual a 2 millones), gracias a la demanda de refugiados, y las transferencias, tras el aumento del positivo neto de la cuenta de remesas . En el mismo período, el superávit de la cuenta financiera alcanzó los 6,5 millones, desde 4,3 M€ en el mismo periodo de 2013. El crecimiento de la IED neta (de 0,5 M€ a 0,9 M€) compensó la caída de la inversión neta de cartera (de 0,9 M€ a 0,3 M€). Los depósitos bancarios en moneda extranjera aumentaron a 1,6 millones, desde 1 millones en el mismo período de 2013. Además, los préstamos en moneda extranjera comenzaron a aumentar nuevamente (0,4 millones). El superávit general de la balanza de pagos aumentó de $3,9 millones a $2,4 millones, mientras que las reservas de divisas ascendieron a $39,2 millones.. Este valor se compara con un requerimiento financiero externo estimado en 2015 equivalente a 12 mil millones, por un coeficiente de cobertura de reservas de 3,3. La deuda externa a finales de 2014 se estimaba en el 66,3% del PIB y se espera que el déficit comercial disminuya significativamente en 2015, gracias al menor déficit energético y comercial, pasando de 17,2 millones (32,5% del PIB, datos provisionales) a alrededor 14 mil millones (26% del PIB nominal previsto en 2015).

A pesar del nuevo recorte del rating de la deuda soberana (el pasado mes de diciembre Moody's rebajó su rating de B1 a B2 con perspectiva negativa, tras decisiones similares tomadas por S&P's y Fitch a finales de 2013), el marco geopolítico aún incierto y las tensiones internas no representan dificultades para financiar el déficit público. La demanda de bancos, libaneses residentes en el extranjero e inversores que buscan rentabilidad sigue siendo alta, tanto que en febrero el Gobierno captó 2,2 millones en el Euromercado con una emisión mixta a diez y quince años a tipos entre el 6,20% y el 6,65%. A pesar de ello, el déficit público, el déficit corriente y los correspondientes saldos de deuda pública y externa son elevados en relación con el PIB y constituyen factores de vulnerabilidad de la economía del país. Sin embargo, la deuda pública está intermediada en gran medida por el sistema bancario nacional que, incluso en períodos de mayor inestabilidad, ha visto crecer la financiación tanto de residentes como de inversores extranjeros. Al mismo tiempo, el Banco Central, gracias a los grandes superávits de la parte financiera de la Balanza de Pagos, ha acumulado importantes reservas de divisas que aseguran una adecuada cobertura de las necesidades financieras externas e importaciones. Abundantes reservas, aunque vulnerables a los flujos de depósitos de no residentes, ofrecen entonces una contribución decisiva a la credibilidad del régimen cambiario vinculado al dólar, que sigue siendo crucial para la estabilidad del sistema financiero dado el importante grado de dolarización de la economía.

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