comparte

Irán, Turquía, Argentina y el dólar desplazan a los Emergentes

Los mercados emergentes, ya sacudidos por la fortaleza del dólar, arriesgan la fuga de capitales después de la ruptura entre EE. UU. y la UE por Irán y después de la rebaja de calificación de Turquía y la devaluación de Argentina: Asia a la defensiva y el BCE a la expectativa

Irán, Turquía, Argentina y el dólar desplazan a los Emergentes

Trump cierra las puertas a Irán y se mantiene fiel a lo que anunció el pasado enero, cuando pidió a la UE que interviniera en Irán imponiendo mayores garantías sobre el cumplimiento del acuerdo nuclear (JCPOA) firmado por Obama y Rouhani en 2013 y ratificado en 2015. Un acuerdo que fue el resultado de más de 10 años de negociaciones, desde que los franceses denunciaron los sitios nucleares iraníes secretos en 2002, y luego vino la advertencia de la OIEA, la Agencia Internacional de Energía Atómica, por el incumplimiento de las obligaciones de salvaguardias internacionales al año siguiente, hasta la prueba nuclear de 2011.

Tras la inútil peregrinación de Macron y Merkel a EE.UU., la posición de Trump no ha cambiado, sobre todo por las preocupaciones sobre un gobierno iraní en el centro de fuertes acusaciones de corrupción y represión. Así, no es de extrañar que Arabia Saudí también aplauda y comparta plenamente la estrategia de Trump sobre la necesidad de aislar a Irán, que mantiene fuertes ambiciones territoriales sobre la partición de Siria.

El escenario geopolítico sigue siendo el trazado por el giro proteccionista de la administración estadounidense, mientras los rusos intentan salvar lo que se puede salvar llevando a cabo las mesas de negociación con Irán y Turquía y China se retira del debate quedándose centrada en el juego de Corea del Norte. El acuerdo sobre el desmantelamiento del potencial nuclear de Corea del Norte también está vinculado a un partido bilateral China/EE.UU. en el que los temas comerciales están en el centro de una mesa abierta el 4 de mayo y también involucran el espinoso tema de la propiedad intelectual y el plan tecnológico industrial” Hecho en China 2025”.

Las declaraciones europeas que saludan el "mayor resultado de la diplomacia europea en los últimos tiempos y la victoria del multilateralismo" son frases institucionales que dejan el tiempo que encuentran y poco tienen que ver con la realidad que tendrán que afrontar a partir de mañana las empresas y los bancos europeos con respecto a las sanciones estadounidenses, claramente extendidas también a quienes apoyarán al régimen iraní.

El acuerdo comercial europeo con Irán experimentó una fiebre del oro en 2016, luego de la ratificación, pero la situación económica del país no ha mejorado. Al contrario, se ha agudizado: las protestas se han extendido por todo el país, generando problemas generalizados de control de las plazas e induciendo a un aumento de la censura en medios y redes sociales, hasta el cierre definitivo el pasado mes de enero que eclipsó las revueltas civiles internas.

Mientras tanto, los mercados emergentes, ya sacudidos por la fortaleza del dólar, se arriesgan a una fuga de capitales más masiva tras la rebaja de Turquía, que provocó el desplome de la moneda y los precios de las empresas, y la devaluación de Argentina, que obligó al gobierno de Macri. para pedir una ayuda extraordinaria al Fondo Monetario Internacional.

El repunte esperado del sector emergente ha fracasado hasta el momento: el rendimiento del MSCI Emerging Markets ha sido nulo desde principios de año. La volatilidad del oro como la del petróleo, en este último caso ligada a las previsiones de caída de la producción iraní, solo ve oportunidades en las debilidades y el precio objetivo sigue ligado al objetivo de medio plazo de 85 dólares en Brent.

El marco de los mercados financieros verá una actitud defensiva de los países asiáticos ante las últimas noticias, por lo que los mercados que más perjudicados sufrirán por esta situación serán los europeos que, a medio-largo plazo, verá al BCE volver a ser un esperar y ver también a la luz de la dinámica inflacionaria no dan una prisa especial a las decisiones de salir de Qe, sino una larga cola de mantenimiento en las compras de valores, aunque ya reducida, como una opción de salvaguardia deseable.

Revisión