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Inps e Istat: ¿quién tiene razón sobre el empleo?

Cada vez que salen los datos mensuales del mercado laboral, los números del INPS y del Istat nunca coinciden y es difícil entender cómo son realmente las cosas - La Fundación Kuliscioff intenta poner orden en la verdadera dinámica del empleo y el paro revisando los indicadores

Cada vez que salen los datos mensuales sobre el mercado laboral, publicados por el INPS (Osservatorio della Precarietà) y el ISTAT (Rilevazione Occupati Unoccupati), se desata una trifulca surrealista, en la que todos aportan los datos estadísticos para sustentar sus creencias, con una curiosa inversión del método inductivo que se pensaba que era la herencia común de la cultura occidental.

La Fundación Anna Kuliscioff intentará llevar los datos a una dimensión objetiva, presentándolos en un contexto cronológico para captar la dinámica real y por tanto relativizar los resultados, tanto positivos como negativos; así como devolver un sentido objetivo a los indicadores, que muchas veces son tergiversados ​​y hechos pasar por lo que no son.

Empecemos con los datos de enero-agosto de 2016 del INPS. El primer mensaje que nos envía la mayoría de los periódicos es que el empleo está cayendo. Eso no es cierto: aumenta el empleo; simplemente aumenta a un ritmo más lento que en 2015.

Veamos los datos.

En general, las contrataciones, referidas únicamente a los empleadores privados como siempre en las encuestas del INPS, en el período enero-agosto de 2016 ascendieron a 3.782.000, con una reducción de 351.000 unidades con respecto al período correspondiente de 2015 (-8,5%), sin embargo 47.000 unidades mayor que en 2014.

Pero en el mismo periodo, las bajas en su conjunto, incluyendo también las relaciones laborales de temporada, descienden un 7,3%. La reducción es más consistente para las terminaciones de contratos indefinidos (-8,3%) que para los contratos de duración determinada (-5,2%).

De hecho, en los ocho primeros meses de 2016, en el sector privado, se registró un saldo de +703.000 entre altas y bajas, inferior al del periodo correspondiente de 2015 (+813.000) pero superior al registrado en los ocho primeros meses del 2014 (+540.000). El saldo anualizado (es decir, la diferencia entre altas y bajas en los últimos doce meses) en agosto de 2016 es positivo e igual a +514.000. El resultado positivo es atribuible íntegramente al crecimiento neto registrado por los contratos indefinidos, cuyo saldo anualizado en agosto de 2016 es igual a +518.000.

Los datos de Istat nos dicen que en términos anuales se confirma la tendencia hacia un aumento en el número de personas ocupadas (+0,7% en agosto de 2015, equivalente a +162 mil). El crecimiento tendencial es exclusivamente atribuible a los empleados fijos (+253 mil). Los independientes descienden un 1,6% (-89 mil). En pocas palabras, esto significa que respecto a hace 12 meses hay 253.000 empleados más con contrato indefinido, y en valor absoluto 162.000 personas más ocupadas.

En agosto de 2016 había 22.768.000 personas ocupadas, cifra superior a la de todos los meses correspondientes a partir de agosto de 2009. Esto significa que el número de personas ocupadas se remonta y tiende a reajustarse con el período anterior a la crisis. Así lo confirman los datos de Lombardía, que en el segundo trimestre cuenta con 4.367.000 ocupados, incluso unos 60.000 más que la cifra más alta anterior a la crisis, es decir, el primer trimestre de 2008.

Con referencia a las controversias que sustentan que los datos del ISTAT están inflados por los servicios discrecionales, observamos que en los 12 meses agosto 2015 - agosto 2016 solo el 1% del total trabajaba de 16 a 5,35 horas semanales (dato prácticamente estable a partir del encuesta de 2005).

La ralentización del crecimiento del empleo (ya que de eso se trata, y no de una caída del empleo) puede atribuirse a un crecimiento del ciclo económico inferior al esperado, lo que genera una actitud más prudente de las empresas en la contratación y a la hecho de que la mayoría de las empresas completaron las operaciones de estabilización con contratos de duración determinada, aprovechando las concesiones de cotización de 2015.

Finalmente, la alarma sobre el aumento de los despidos que se atribuye a la modificación del artículo 18 de la Ley de Empleo parece fuera de lugar: en primer lugar, el INPS clasifica en una sola categoría los despidos por causa justificada y los por razones subjetivas justificadas , y como sabemos, los despidos por justa causa quedan fuera del ámbito del art. 18. En segundo lugar, el dato cobra un sentido más preciso si se contextualiza: en el periodo enero-agosto la incidencia de los citados despidos sobre el total de bajas fue del 4,32%, frente al 3,28% del año anterior y al 3,36% en 2014. No es una tendencia aterradora.

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