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Imu, el verdadero aguijón está en las segundas residencias: así es como funciona

El verdadero pinchazo en el bolsillo de los italianos vendrá con el Imu de las segundas residencias - En comparación con el ICI, el nuevo impuesto promete ser mucho más pesado - Cambia el criterio por el que distinguimos entre primera y segunda residencia - Sin deducciones previsto - El nodo de las tarifas y la falsa libertad de maniobra dejada a los municipios.

Imu, el verdadero aguijón está en las segundas residencias: así es como funciona

El impuesto más odiado por los italianos tiene una cara oculta, y es el más temible. Los alcaldes de la mitad de Italia luchan contra el gobierno para que revise las condiciones del IMU y muchos piden su abolición total. Pero ojo: el choque sólo atañe al impuesto a la primera vivienda, el suprimido en 2008 (cuando aún se hablaba del ICI) por el equipo de Berlusconi. Sin embargo, el verdadero aguijón vendrá del Imu en las segundas residencias.. Aunque los ciudadanos ya están acostumbrados a tributar por estos inmuebles, en comparación con el ICI, el nuevo impuesto promete ser mucho más pesado. En algunos casos, una verdadera sorpresa.

En primer lugar, con la revolución introducida por el gobierno de Monti, el criterio en base al cual distinguimos entre una primera y una segunda residencia cambia. En la reforma bocconiana, una "residencia principal" se define como una propiedad en la que el propietario "habita habitualmente y reside por nacimiento". En definitiva, no basta con tener una residencia fiscal aquí: realmente se necesita vivir allí. Esto significa que una persona mayor ingresada en una residencia de mayores pagará el IMU de su vivienda como si fuera una segunda residencia. En este punto los criterios de ICI fueron mucho más suaves. En el pasado, por ejemplo, incluso la que se daba en préstamo para uso de los hijos se consideraba primera vivienda.

Pero no ha terminado. Otro aspecto fundamental es que para las segundas residencias no hay deducción. Una obviedad, pero aún así merece la pena insistir en este punto, teniendo en cuenta que en cambio en las primeras casas las deducciones del IMU son mucho más generosas que las que nos tenían acostumbrados con el ICI: pasan de 103,29 a 200 euros, con más otros 50 euros deducible por cada hijo dependiente (hasta los 26 años de edad). En definitiva, la característica más ventajosa del nuevo impuesto desaparece por completo cuando hablamos de segundas residencias.

Queda entonces por definir el nodo de tasa, que parten de una base imponible revaluada del 60%. El nivel estándar se establece para las segundas residencias en 0,76%. Los municipios podrán aumentarlo o disminuirlo en un 0,3%, es decir, entre un máximo de 1,06% y un mínimo de 0,46%. Desafortunadamente, sin embargo, es fácil predecir que ninguna administración llegará tan lejos, simplemente porque al hacerlo no recaudaría prácticamente nada.

Los alcaldes podrán cobrar todos los fondos derivados del Imu en la primera casa, pero en todas las demás casas, incluidas las alquiladas, se retirará del Estado la mitad de las tasas estándar, es decir, el 0,38%. Y la tributación será la misma para todos, independientemente de la tasa que decidan imponer. La elección no parece difícil.

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