comparte

El plan fiscal no puede contar con muchos márgenes de flexibilidad europea: se necesitan recortes de gasto

Es ilusorio pensar que el plan fiscal del Gobierno pueda contar con muchos márgenes de flexibilidad europea que en realidad son muy limitados: para implementarlo sin infringir las normas comunitarias solo queda el camino indicado por la ministra Padoan y es recortar el gasto público - Solo hace falta un recorte de gastos de 3,5 millones para suprimir el impuesto a la primera vivienda

El plan fiscal no puede contar con muchos márgenes de flexibilidad europea: se necesitan recortes de gasto

"Hay un marco intelectual y político en el que formaremos nuestros juicios", respondió el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, a quienes le pidieron un comentario sobre el plan de reducción de impuestos de unos 45 millones de euros en tres años anunciado estos días por Primer Ministro Matteo Renzi.

Sin embargo, ese marco de referencia, adoptado el año pasado por el Consejo Europeo -también tras las peticiones italianas de "mayor flexibilidad"- parece dejar poco margen en este sentido. Veamos por qué.

En el presupuesto del año pasado, el Gobierno se comprometió a buscar recursos adicionales en 2016 para desactivar las llamadas cláusulas de salvaguardia (para evitar la subida del IVA y algunos impuestos especiales) por un importe equivalente a 16 millones de euros. Esto debería hacerse por alrededor de 10 mil millones a través de recortes de gastos (a través de revisiones de gastos) y unos 6 millones mediante el uso de los márgenes de flexibilidad concedidos por Europa. Gracias a las promesas contenidas en el plan de reformas, Italia logró obtener un descuento en el ajuste del balance estructural (neto de efectos cíclicos) a realizar en 2016, es decir, una reducción del 0,1 por ciento del PIB en lugar del 0,5 por ciento. En esencia, se han liberado unos 6 millones de euros, que se destinarán -precisamente- a eliminar las cláusulas de salvaguardia.

Es en este contexto que debe examinarse la propuesta de una nueva reducción fiscal para 2016, vinculada al recorte del IMU de las primeras viviendas y la Tasi. Una reducción de impuestos de 3,5 millones de euros (esta es la cifra de la que se habla estos días) supondría un aumento del déficit estructural, y ya no una reducción del 0,1% como los compromisos adquiridos con Bruselas. ¿Qué argumentos podría usar el gobierno? Una primera es la de las reformas estructurales, pero en este caso debería presentar un programa aún más ambicioso que el del año pasado, y mostrar los avances ya realizados con respecto a la hoja de ruta.

Una alternativa es activar las otras dos cláusulas de flexibilidad que permite el nuevo marco europeo, a saber, la de inversiones y la del ciclo económico. 

El primero, el de las inversiones, se puede utilizar cuando la tasa de crecimiento del PIB es negativa o inferior a la tasa de crecimiento potencial, lo que no nos ocurre dado que según las últimas previsiones de la Comisión Europea, el PIB debería crecer en 1,4, XNUMX por ciento, muy por encima del crecimiento potencial estimado de cero.

La segunda cláusula, la de la situación económica del país, define con una grilla la entidad del corte estructural requerido según la posición cíclica del país. Solo en una situación con una brecha de producción, es decir, la brecha entre el nivel de ingresos reales y potenciales, superior al 4 por ciento, es posible no realizar ningún ajuste presupuestario. El año pasado, cuando la brecha del producto era de -3,8 por ciento, se utilizó esta cláusula para lograr una reducción del déficit estructural de 0,25 por ciento en lugar de 0,5 por ciento. En 2016, con un output gap estimado en -2,5 por ciento, la parrilla es clara y no deja margen a la discrecionalidad: en 2016, Italia cae en la casilla”malos tiempos” que prevé un recorte del 0,5 por ciento.

En resumen, con la reforma de la flexibilización, aprobada el año pasado con impulso italiano, no parece haber margen de maniobra para que más recortes fiscales se financien con déficit. Como ya ha sugerido el ministro Padoan, la única forma de financiar el recorte anunciado en el IMU es recortando el gasto, es decir, otros 3,5 millones de euros de Revisión de Gastos que se añadirá a los 10 millones de euros prometidos hasta ahora. 

Revisión