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El budismo en el momento de la gran crisis: con Buda en la Fed o en el Gobierno, el fin de los problemas

Viaje a las tierras del budismo: ¿qué haría un Siddhartha moderno ante la gran crisis? ¿Qué pasaría si Budd estuviera en el gobierno o dirigiera la Fed o el BCE? La respuesta de los budistas es convincente: simplemente no existirían todos los problemas de hoy: ¿religión o filosofía?

El budismo en el momento de la gran crisis: con Buda en la Fed o en el Gobierno, el fin de los problemas

¿Qué pensaría un Siddhartha moderno? – el héroe de la novela homónima de Herman Hesse – si tuviera que vadear la India de hoy, emparedado entre el modernismo de las grandes empresas y las vacas sagradas en cuclillas sobre las cintas de asfalto de las carreteras y sin darse cuenta del tráfico que respetuosamente las evita? La tierra original del budismo – una filosofía suave y dura (¿religión?) que prescribe una luz interior que debe alcanzarse a través de la meditación – es también tierra de violencia sectaria y de sangrientos enfrentamientos entre hindúes y musulmanes.

Un peregrino sin pretensiones se ha aventurado en la 'tierra sagrada budista', pisoteando los lugares sagrados donde nació, meditó, enseñó, vagó y murió Buda. En estos tiempos de tensiones epocales, surcada por los rabos venenosos de la Gran Recesión y arañada por los clavos de la geopolítica en Oriente Próximo, ¿Tiene el budismo algo que decir?

Lo primero que nota el peregrino es el 'gran desapego': en las multitudes que cantan que se reúnen en los templos y en las 'stupas' que recuerdan los pasos y las estancias de Buda no hay rastro de la inquietud que perturba al mundo. Hay un sentido de inmanencia y permanencia: el fervor que anima a los presentes, los gestos y los ritos son los mismos de hace diez o cien o mil años. ¿Hipotecas de alto riesgo? ¿Ley de Dodd-Frank? ¿Desaceleración china? ¿Crisis de la deuda soberana? ¿Untar variados? ¿Caída de los precios de la vivienda? 'Tout passe, tout lasse, tout casse', decían los franceses para consolarse. Pero de esas crisis y esas caídas el budismo no lo convierte en una ocasión para la resignación o el cinismo. solo los ignora para centrarse en lo esencial: un desapego que es el despojo de deseos y angustias y la búsqueda de una serenidad a prueba de desgracias.

¿Es el budismo una religión o una filosofía? La respuesta a la donanda depende mucho de cómo definas una religión. Pero la explicación de la durabilidad del budismo –después de todo, ha estado aquí durante 2555 años– radica en el hecho de que carece de los atributos de dogmatismo y proselitismo de la religión. El budista no aspira a convertirse sino con el ejemplo de vida y enseñanza. Pero, ¿qué haría un budista si lo pusieran a cargo del BCE o de la Fed, si fuera primer ministro en Italia o canciller en Alemania? ¿Cómo desenredaríais la madeja de la crisis?

Difícil de responder. Lo único que diría un devoto budista es que si los poderosos de la tierra fueran budistas no habría habido crisis que desenredar…

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