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Giulio Napolitano: "La reforma de las Autoridades es importante, apúrate en agua y transporte"

ENTREVISTA A GIULIO NAPOLITANO - El plan de reforma del gobierno de Monti marca una clara "discontinuidad" y nos devuelve al modelo de regulación independiente de los servicios públicos de la década de 90 - Según la Autoridad de Transportes, conviene que surjan "soluciones más adecuadas" - Fortalecer las medidas sobre las citas.

Giulio Napolitano: "La reforma de las Autoridades es importante, apúrate en agua y transporte"

Finalmente volvemos al modelo de Autoridad y regulación independiente de los servicios de red y el plan de reformas del gobierno de Monti “es un importante signo de discontinuidad”. Esta es la opinión de Giulio Napolitano, de 42 años, de Roma, alumno de Sabino Cassese y profesor titular de Instituciones de Derecho Público en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Roma Tre. En 2007 ayudó a elaborar la propuesta integral de reforma de las Autoridades Reguladoras presentada por el gobierno de Prodi pero quedó en letra muerta también por la falta de entusiasmo de una parte de la propia centroizquierda en ese momento. Ahora el panorama general es diferente. “Sabemos –explica Napolitano– lo difícil que es combinar políticas de recuperación industrial y medidas de liberalización y protección al consumidor, pero una institucionalidad más racional y una voluntad política más fuerte y común nos permiten albergar mayores esperanzas de éxito que en el pasado". Esta es la entrevista que concedió a FIRSTonline.

PRIMERA LÍNEA – Profesor, el gobierno de Monti ha vuelto a poner de relieve la regulación y las Autoridades tanto en el decreto Salva-Italia como en el posterior decreto Cresci-Italia: ¿cuál es el panorama general que se desprende de él y cuál es su opinión?

NAPOLITANO – Es un signo importante de discontinuidad. Se trata del retorno consciente a ese modelo de regulación independiente que se había instaurado en la década de 90 y el abandono, en cambio, del sistema basado en ministerios y agencias paragubernamentales que ha prevalecido en los últimos años. Al ampliar el ámbito de competencias de las Autoridades existentes, el Ejecutivo pretende llenar los vacíos y las debilidades más graves de la regulación. Pienso en cuántos años se han perdido en un campo estratégico como el agua, con efectos negativos tanto en la calidad y eficiencia del servicio como en la planificación de inversiones. Incluso el sector postal se ha dejado durante demasiado tiempo en manos de la regulación ministerial que carece de los poderes adecuados y tal vez demasiado cerca de los intereses del operador público dominante. Se aplican consideraciones separadas al sector del transporte.

PRIMERA LÍNEA – Que en realidad es el punto más delicado de la alfombra.

NAPOLITANO – Sí, aquí se han instalado soluciones parciales y microsectoriales: oficinas inadecuadas en cuanto a recursos y personal, entidades sin facultades efectivas y en ocasiones "capturadas" por operadores, reglas "contratadas" y luego ignoradas, invasiones del campo por parte del legislador, demoradas inversiones, tarifas ahora bloqueadas, ahora aumentadas sin ninguna lógica económica. La calidad de algunos servicios ha mejorado en ocasiones, como en el transporte ferroviario de alta velocidad. Pero, en la mayoría de los casos, el desarrollo de infraestructura se ha bloqueado, la competencia se ha frenado y los ciudadanos y usuarios han sido víctimas de perjuicios crecientes.

PRIMERA LÍNEA – Sin embargo, la regulación del transporte sigue siendo un punto delicado especialmente en relación con la compleja transición hacia la ansiada Autoridad del sector, cuyas responsabilidades serán asumidas provisionalmente por la Autoridad de Energía. ¿Cómo lograrán los comisarios de este último improvisar destrezas en un tema tan diverso como el del transporte? ¿No serían preferibles otras soluciones?

NAPOLITANO – Espero que, también gracias a la discusión parlamentaria, puedan surgir soluciones más adecuadas. La Autoridad de la Energía, por la competencia demostrada en todos estos años, podrá dar, con el trabajo y ejemplo de sus oficinas, una importante contribución a la puesta en marcha de la nueva Autoridad del Transporte. Pero debemos evitar la concentración de poderes de decisión excesivos en manos de un panel de personas elegidas por su experiencia en el sector de la energía, no en el sector del transporte, también para evitar el riesgo de intercambios indebidos y arbitraje regulatorio entre sectores que tienen sin conexión ni económica ni industrial. Por esta razón, sin embargo, debe aprovecharse la oportunidad para avanzar rápidamente en la construcción de una autoridad autónoma de transporte, aunando también las diversas habilidades técnicas existentes en esta materia en varias oficinas públicas.

FIRSTONLINE - Comparte las propuestas presentadas el jueves 26 de enero en el Corriere della Sera por la abogada constitucionalista Michele Ainis que sugiere "no proceder al azar" en el relanzamiento de las Autoridades e indica tres objetivos centrales: 1) racionalizar el existente, eliminar Aran o Civit o la Agencia Regional de Servicios de Salud; 2) desenredar la maraña de habilidades; 3) ¿salir de la lógica de la subdivisión?

NAPOLITANO – Comparto las observaciones sobre la excesiva fragmentación administrativa. Hay algunas "falsas" Autoridades independientes y demasiados órganos que realizan funciones puramente instrumentales, y que podrían remontarse al cuerpo de la Administración, como también lo ha indicado claramente el reciente Informe de la Comisión Giovannini. Todos estos cuerpos bien podrían remontarse al cuerpo de la administración central. De esta forma, también se resolverían los solapamientos de competencias que dificultan la celeridad y eficacia de la actuación administrativa.

PRIMERA LINEA – ¿Cómo cree que se puede abordar y resolver el problema de la asignación de los nombramientos de las Autoridades?

NAPOLITANO – Un primer gran beneficio vendrá de la reducción del número de miembros de las Autoridades que muy sabiamente dispuso el Gobierno con el primer decreto Salva-Italia. Un aporte adicional en este sentido podría provenir de la ampliación del procedimiento de designación previsto en la ley 481 de 95 (ley que instituyó la Autoridad de Energía). La designación del gobierno, junto con la opinión vinculante de las comisiones parlamentarias con una mayoría de dos tercios, otorga mayores garantías en términos de ponderación y distribución de opciones. También estoy a favor de la introducción de mecanismos de candidatura pública y máxima transparencia en cuanto a los currículos profesionales de los nominados.

PRIMERA LÍNEA – Usted estuvo entre los expertos que contribuyeron a elaborar una propuesta orgánica de reforma de las Autoridades presentada por el gobierno de Prodi en 2007 pero que lamentablemente quedó en letra muerta: frente a las propuestas, ¿qué tan cercanas son y qué diferentes son las soluciones puestas en marcha por el gobierno de Monti?

NAPOLITANO – El plan elaborado por el gobierno de Monti está en perfecta continuidad con la propuesta hecha en su momento. En general, para la visión general de fortalecer la regulación independiente. En particular, para el llenado de los vacíos normativos y la unificación de competencias homogéneas en manos de las Autoridades existentes (en materia de aguas y sistemas postales las soluciones actuales siguen exactamente las propuestas en su momento) y para el plan de racionalización de las circunscripciones. Es reconfortante ver cómo las medidas que fueron tibiamente acogidas incluso por una parte de la entonces mayoría de centroizquierda son hoy tan ampliamente compartidas por el gobierno de turno y por una amplia gama de fuerzas políticas. Sabemos lo difícil que es combinar políticas de recuperación industrial con medidas de liberalización y protección del consumidor. Pero una institucionalidad más racional y una voluntad política más fuerte y común permiten alimentar mayores esperanzas de éxito que en el pasado.

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