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Giro de Italia: la cuarta obra maestra de Cavendish, Wiggins y Hesjedal abandonan el Giro

Con el éxito en Cherasco Cannonball alcanza las 40 etapas ganadas entre Giro, Tour y Vuelta -Nibali siempre con el maillot rosa, pero le espera un fin de semana de gran montaña a riesgo de emboscadas.

Giro de Italia: la cuarta obra maestra de Cavendish, Wiggins y Hesjedal abandonan el Giro

"Ahora quiero hacer un gran Tour, pero volveré al Giro de nuevo". Bradley Wiggins, demacrado de salud y moral, hizo las maletas incluso antes de que el Giro se reiniciara para la etapa más larga, desde Busseto, para conmemorar el bicentenario de Verdi, hasta Cherasco. Ryder Hesjedal, ganador del Giro de 2012 pero al que nunca más se le volvió a ver este año tras su sprint en la etapa de Serra San Bruno, también se fue con Wiggins. Estrellas fugaces de este Giro que hoy tras tanta lluvia por fin volvió a ver un sol pálido, un breve destello de primavera antes de la llegada de la nueva depresión que promete temperaturas polares en las cumbres alpinas de Jafferau (mañana) y Galibier (domingo). Para un inglés, Wiggins, que tristemente baja la bandera, hay otro, Mark Cavendish, que está en la luna convirtiendo cada sprint en una marcha triunfal.

Aún hoy Cannonball hizo gala de su poder desbordante partiendo en solitario a 300 metros de la meta. Nizzolo y Mezgec, que intentaron resistirse a él, no pudieron hacer nada. Para el campeón de la Isla de Man, cada vez más maillot rojo en la clasificación por puntos, es el cuarto sello en este Giro. Con el doblete marcado entre ayer en Treviso y hoy en Piamonte, Cavendish suma 40 victorias de etapa en Giro, Tour y Vuelta. A sus 28 años ya es un personaje de los anales históricos. Y en su obra maestra final en la recta de Cherasco reside toda la síntesis de la etapa más larga del Giro que es la antesala de un fin de semana en la gran montaña.

Fue uno de los días más tranquilos para Nibali, un respiro antes de la previsible batalla. Y Uran Uran, ahora que Team Sky está completamente a su servicio, liberado de la engorrosa presencia de Wiggins, podría ser realmente el oponente más formidable del maillot rosa, quien sin embargo haría bien en tener cuidado también con Evans, Gesink y, ¿por qué no? -del viejo Scarponi. Las nubes negras que llegan desde la cercana Francia, hinchadas por la lluvia y también por la nieve en las alturas, presagian emboscadas en un clima terrible.

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