Nibali al menos lo intentó aunque no fuera el Tiburón de mejores días sino también el gran manghen dolomítico y Croce d'Aune habla a favor de Carapaz que llega a la contrarreloj final con una ventaja invariable por 1'54” sobre Nibali e incluso subió a 3'06” sobre un Roglic que ha perdido confianza y bravuconería desde que el Giro se fue a las grandes montañas. Ayer también el esloveno perdió la tercera plaza superado por un gigante Landa, que tarde o temprano también merecerá ganar una gran vuelta, si consigue mejorar en la contrarreloj, hueco que le puede costar hoy en Verona devolverle el podio a Roglic, gran favorito junto a Victor Campenaerts.
El Giro que se suponia que era un duelo entre nibali y roglic del Ceresole Reale se volvió decididamente a favor de un Movistar que movió a sus mejores jugadores, Landa y Carapaz, siendo este último -menos temido que el primero- que pudo gozar de menos atenciones de Nibali y Roglic, empeñados en cuidarse, a anotarse el golpe de la vida en Courmayeur después de haber puesto ya heno en el cortijo en la etapa anterior de Lago Serrù, la ganada por Zakarin. Ayer en Monte Avena, seguro ya de haber defendido su primacía de la mejor manera posible, también hizo todo lo posible para que Landa ganara la etapa. Solo falló el objetivo porque el vasco fue precedido en el sprint por su compatriota astana, Pello Bilbao, que ya había ganado en L'Aquila. El Giro está ahora en sus manos. “Creo que 1'54” sobre Nibali es suficiente, aunque en una contrarreloj final pueda pasar cualquier cosa”, declaró tras la carrera Carapaz, que está a punto de regalarle a Ecuador el primer maillot rosa de la historia.