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Japón, auge en las ventas de coches de carreras italianos gracias a Abenomics

La política económica del primer ministro japonés, Shinzo Abe, premia a las familias más ricas, que también se beneficiaron del boom Nikkei entre finales de 2012 y principios de 2013 – Los superricos premian el lujo italiano: Ferrari aumenta las ventas en casi un 30%, Lamborghini también bien (+13%) y Maserati (+16%)

Japón, auge en las ventas de coches de carreras italianos gracias a Abenomics

Abenomics, la política económica del primer ministro japonés Abe, recompensa a los ricos. Y los ricos recompensan el lujo italiano. Así, mientras los salarios de las familias más pobres siguen cayendo, los pocos afortunados que, entre otras cosas, se beneficiaron del boom nikkei entre finales de 2012 y principios de 2013, empiezan a comprar. Y los bólidos tricolores parecen ser uno de los gadgets más solicitados.

Las ventas de Ferrari se dispararon después de que Japón implementara las políticas económicas del primer ministro Shinzo Abe. Palabra de Giuseppe Cattaneo, responsable del Lejano Oriente del fabricante de automóviles italiano, de paso por Tokio para presentar el nuevo "458 speciali".

En los primeros seis meses de 2013, las ventas en el archipiélago japonés aumentaron un 28%. Y podrían alcanzar un +30% a finales de año.

El mes pasado, Stephan Winkelmann, CEO de Lamborghini, había notado un regreso con bombos y platillos de Japón en la lista de nuevos pedidos. Durante los primeros nueve meses del año, las ventas de la marca crecieron un 13 %. Durante el mismo período, Maserati había obtenido un +16%, alcanzando las 278 unidades.

Estos datos confirman la información difundida por los gigantes del lujo, que aseguran que 2013 será recordado como un año memorable para el sector, a pesar de la subida de precios por la caída del yen. Para los analistas, el aumento del consumo de las familias más ricas está ligado esencialmente al rápido repunte del Nikkei, entre diciembre de 2012 y mayo de 2013. El índice, en ese momento, había crecido un 80% y había engordado la fortuna de pocas familias que acciones mantenidas. Para los más pobres, los efectos de Abenomics todavía no se ven. Sus salarios siguen cayendo y la depreciación del yen ha hecho subir las facturas de la luz y de los productos de primera necesidad.

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