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Gestión patrimonial y consultoría independiente, el reto está abierto

Del BLOG ADVISEONLY – MiFID2 traerá consigo nuevas reglas y más transparencia para el sector de servicios financieros. Hay quienes hablan de un renacimiento de la gestión de activos: pero al renunciar a la consultoría independiente se corre el riesgo de perder una oportunidad.

El retorno de la gestión de activos

"La gestión patrimonial está resurgiendo", afirma Maurizio Grigolo, socio de PwC, en una entrevista publicada recientemente en Il Sole 24 Ore, en la que explica que "los principales operadores están reorientando su atención hacia la gestión de activos y el modelo de remuneración asociado que , al estar ya alineado con MiFID2, puede implementarse más fácilmente". De hecho, la gestión de activos, argumenta el directivo de PwC, “ya ​​cumple con las normas impuestas por MiFID y con la entrada en vigor real de la normativa no debería haber cambios significativos en el producto”.

Es decir, el resurgimiento de la gestión de activos estaría justificado por los menores costes que tendrán que soportar para adaptarse a la nueva Directiva MiFID2, que entrará en vigor en enero del próximo año.

Pero, ¿estamos realmente seguros de que desempolvar esta herramienta es un movimiento sensato? AdviseOnly habló recientemente sobre esto en un artículo de Jack Sparrow.

Novedades en MiFID2

En mi opinión, los argumentos de Grigolo contienen algunos elementos de verdad, pero también algunas subestimaciones importantes del impacto de la nueva Directiva que podrían alimentar ilusiones y causar sorpresas desagradables.

Si bien el servicio de gestión de activos ya está hoy retribuido de forma clara para el cliente, con la prohibición de que las casas de producto retrocedan comisiones, cabe destacar que, con MiFID2, algunas de las reglas que se aplican al sector de asesoramiento financiero independiente han también se ha extendido a la gestión de carteras.

En primer lugar, la evaluación de la adecuación: ya obligatoria en MiFID1 para servicios de mayor “valor añadido”, como consultoría y gestión de carteras, con MiFID2 se reforzará mediante mayores obligaciones de notificación al cliente. Citando literalmente la Directiva: “Cuando una empresa de inversión ofrezca gestión de cartera o haya informado al cliente que llevará a cabo una evaluación periódica de idoneidad, el informe periódico contendrá una declaración actualizada que explique por qué la inversión se ajusta a las preferencias, objetivos y otras características del cliente." La gestora, al igual que el consultor independiente, deberá por tanto informar periódicamente al cliente de la evaluación de la adecuación de los instrumentos financieros mantenidos en cartera, explicando los motivos.

No solo. Para cada operación de compraventa de instrumentos financieros (los llamados canjes), el gestor y el asesor deberán realizar un análisis de costes/beneficios del propio canje para poder demostrar "razonablemente" que los beneficios superan los costos.
Otra área en la que las obligaciones de los administradores de gestión de activos se han alineado con las de los consultores independientes se refiere al tema de los incentivos. Para ambos, se prohíben los incentivos monetarios, mientras que se permiten los incentivos no monetarios menores, que en todo caso deberán ser comunicados al cliente.

Por último, el tema de la información sobre costos. Si a día de hoy el cliente sólo es informado de las comisiones aplicadas por el servicio de gestión, con MiFID2 será obligatorio realizar un reporting ex-ante y ex-post de todos los costes (en porcentaje y en valor absoluto) que afecten a los instrumentos financieros y las transacciones relacionadas.

¿Qué pasa con el asesoramiento independiente?

A la luz de estas consideraciones, es evidente que si los operadores se centran en la gestión de activos para evitar los costes de adaptación a la nueva legislación, corren el riesgo de subestimar sus impactos. No solo eso: también renuncian a captar algunos aspectos innovadores de la consultoría independiente.

El artículo de Il Sole 24 Ore expresa un juicio incontrovertible sobre este punto: "Los simples clientes no son capaces de apreciar los beneficios derivados de la consultoría independiente". Dado que no está claro qué se entiende por simples clientes, cabe señalar que el servicio de asesoramiento independiente difiere de la gestión de activos en muchos aspectos.

En primer lugar, por su naturaleza, es un servicio más personalizado capaz de involucrar más al cliente en las elecciones de inversión. Además, el asesoramiento independiente incluye una metodología estructurada para la selección de inversiones dentro de una amplia gama de instrumentos financieros, representativa de todo el mercado.

Las operaciones en conflicto de interés, es decir, aquellas que involucren, por ejemplo, instrumentos financieros emitidos o administrados por entidades relacionadas merecen un capítulo aparte. Estas operaciones siguen siendo admisibles incluso en el contexto del asesoramiento independiente, pero con algunas limitaciones: deben constituir una excepción a la regla y, en todo caso, ser proporcionadas al universo invertible.

Una cosa es segura: MiFID2, que tiene como objetivo aumentar la calidad del servicio y fortalecer la protección de los inversores, representará un desafío para la industria financiera. Algunos aceptarán el reto, otros buscarán refugio en servicios más tradicionales, con la esperanza de poder continuar como hasta ahora. El mundo y los inversores, como la tecnología, evolucionan de manera inexorable y rápida, con o sin MiFID. Sería mejor no quedarse atrás.

En definitiva, el reto está abierto: Asesoramiento solamente ha apoyado durante mucho tiempo la importancia de la transparencia y la información en el mundo de los servicios financieros, en beneficio de una mayor conciencia de los inversores.

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