Continúan las huelgas de maquinistas en Alemania Deutsche Bahn afiliado al sindicato GDL. Desde hace semanas el pequeño sindicato, que ya paralizó el país entre 2007 y 2008, ha tenido como rehenes a miles de pasajeros, provocando retrasos y cancelaciones. Esta es la huelga más larga en la historia de la República Federal.
La batalla de la GDL no parece tener como objetivo únicamente una mejora en el trato salarial de los maquinistas, sino que parece motivada por el deseo de adquirir mayor poder dentro de la vasta red de sindicatos existente en Deutsche Bahn, todavía gigante ferroviario controlado por el estado.
Precisamente para evitar que pequeñas franjas de sindicalistas, especialmente entre médicos y pilotos, así como maquinistas, mantengan en jaque a la nación, la política lleva tiempo pensando en aprobar nuevas normas que limiten el derecho de huelga. Entre ellos se encuentra también el de la socialdemócrata de cuarenta y cuatro años Andrea Nahles, ministra de Trabajo y Políticas Sociales en el gobierno de gran coalición liderado por Angela Merkel.
La idea, no nueva, pero elaborada hace unos años por el democratacristiano Reinhard Göhner, es garantizar que la huelga sólo pueda ser convocada al sindicato con más afiliados. La propuesta se incluye en un proyecto de ley más amplio, que se pondrá en conocimiento del Parlamento alemán a partir de diciembre, y que se refiere a la negociación colectiva en las empresas.
Dado que la fragmentación y diferenciación contractual en las empresas alemanas ha significado que los trabajadores y empleados pertenecientes a diferentes sindicatos y no sindicatos disfruten de diferentes condiciones contractuales durante los últimos diez años, el gobierno está a punto de contraatacar e imponer el principio de unidad de negociación (tarifeinheit). Por lo tanto, si sólo un sindicato, el que tenga más afiliados (certificado por un notario), tendrá derecho a sentarse en la mesa de negociaciones, ese sindicato solo también podrá convocar una huelga.
A las confederaciones empresariales les gusta la idea, pero también al sindicato confederal DGB, que agrupa ocho siglas que son mayoría en casi todos los sectores, tanto en el sector público como en el privado. Los sindicatos menores, por su parte, ya anunciaron un recurso ante el Tribunal Constitucional Federal por violación de la libertad sindical reconocida por la Grundgesetz.
