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Fugnoli (Kairos): "Mercados volubles y cada vez más en la montaña rusa"

Según el estratega del grupo Kairos, Alessandro Fugnoli, los mercados financieros se han vuelto cada vez más volubles y están destinados a permanecer en una montaña rusa durante mucho tiempo - Pero las sacudidas, que a menudo son evidentes, se convierten en oportunidades de compra - Los casos de Turquía y la Argentina y la sobrevaloración de las primeras palabras de Yellen

Prepárese para los mercados volubles. Cada vez más. La advertencia proviene de Alessandro Fugnoli, estratega de Kairos y autor de la columna semanal en línea “Il Rosso e il nero”. Pero, especifica, los sobresaltos serán oportunidades de compra. “Las correcciones de 2014, como el episodio del verano pasado –escribe en el último boletín del 13 de febrero– no serán por tanto el resultado de hechos reales, sino de los fantasmas que periódicamente se agitan en la mente de los inversores cuando su cartera se vuelve demasiado cargado de títulos. En otras palabras, serán oportunidades de compra”. 

Fugnoli analiza lo que ocurrió en los mercados entre finales de enero y principios de febrero: el índice S&P 500 cerró en 1843, luego, después de ocho sesiones, cayó a 1735 para volver nuevamente a 1822. El colapso ha sido ampliamente explicado con un razonamiento detallado: la crisis turca, la devaluación argentina, el default amenazado por un fondo chino y la clara ralentización de muchos datos macro en Estados Unidos. “Entonces, sin motivo aparente -señala Fugnoli-, corrimos con muchas ganas a comprar lo que se había vendido con mucho empeño hasta unas horas antes”.

“Turquía, por ejemplo –explica Fugnoli– parecía sumergida en el caos político y en una crisis de balanza de pagos mientras hoy, sin que nada sustancial haya cambiado en el choque institucional que desgarra al país, prepara silenciosamente el lanzamiento de una treintena bono a un año en dólares, tipo de operación que suele realizarse en momentos de máxima tranquilidad y solidez”. Discurso similar para la Argentina dada por muerta y hoy de nuevo en pie. Y para China”.

“Ya nadie habla de los bonos dudosos (que siguen ahí) -continúa- mientras la tasa de crecimiento, que se daba como cercana al colapso, ha vuelto una vez más a su rutina del 7 por ciento”. El análisis del estratega no escatima un lúcido análisis de la reacción del mercado a las palabras de Janet Yellen en su primera salida oficial como gobernadora de la Fed. Fugnoli pone en entredicho a Ethan Harris, el economista jefe del Bank of America que lleva años en la Reserva Federal oficina de investigación y escribió un libro sobre Bernanke en 2008. Harris, señala Fugnoli, leyó la primera declaración de Yellen como un ejercicio desafiante y perfectamente exitoso de hablar durante unas horas y no decir absolutamente nada nuevo. “El mercado –añadió el estratega– en cambio creyó encontrar quién sabe qué seguridades y subió antes, durante y después del testimonio de Yellen. Lo que realmente ha sucedido es que Estados Unidos ha decidido aliviar la presión sobre Erdogan y que Argentina, con algunas medidas de amortiguamiento puntuales del banco central, ha demostrado que todavía es capaz de mantener la situación bajo control".

Fugnoli extrae algunas lecciones de esta situación. El primero se refiere al perfecto funcionamiento del indicador de sentimiento. En otras palabras, cuando el optimismo se convierte en euforia, como ocurrió en enero tras el gran repunte que comenzó a principios de octubre, significa que las carteras están llenas. Pero el optimismo desenfrenado conduce a la relajación total de las inhibiciones de compra y, señala, en ese punto, invariablemente, se necesita muy poco para revertir la situación. Fugnoli luego cambia la atención a los espacios de aire debido a la sobrevaluación: cuanto más nos movemos hacia las atmósferas enrarecidas de sobrevaluación, más aumenta la volatilidad. “Hoy, que quede claro, la sobrevaluación es modesta -dice- y de hecho la corrección de la que hablamos fue solo del 5 por ciento. En los próximos meses, sin embargo, y sobre todo a partir de 2015 (si es cierta nuestra hipótesis de continuación del gran mercado alcista), las correcciones serán cada vez más incisivas”. 

Pero detrás de las convulsiones del año pasado y las de las últimas semanas están las cuestiones que nos preocuparán en los próximos tres años: para Fugnoli se trata de "el progresivo endurecimiento de las políticas monetarias y las dificultades que ello provocará en algunos países emergentes". países a los que en un momento añadirá la reapertura del dossier Europa, por ahora guardado en el cajón”.

En cualquier caso, para todo 2014 el estratega no espera un endurecimiento real de las políticas monetarias. Y vuelca la lectura de los efectos del tapering: "en realidad es el factor que mantiene los tipos anclados durante mucho tiempo y evita que suban -dice- si la Fed, ante una economía en aceleración, continúa con la agresiva estrategia cuantitativa". Con la flexibilización de 2013, el mercado comenzaría a descontar un rápido aumento de la inflación a partir de 2016 y produciría mayores rendimientos en los bonos a largo plazo no comprados por la Fed, como los bonos corporativos. 

Y por eso, en 2014 nadie tendrá que enfrentarse a crisis agudas, a pesar de los graves problemas estructurales que preocupan también a China, así como a Brasil, Turquía e India, por no hablar de Italia. Y 2014 no será "fatal" ni siquiera para aquellos países que no hagan nada frente a sus problemas estructurales "porque el mundo en su conjunto aguantará y porque las políticas monetarias globales no serán restrictivas durante mucho tiempo". 

Para Fugnoli, el único punto débil en este escenario muy favorable al riesgo es la posible caída adicional de la inflación. "Este es el verdadero gran miedo de los bancos centrales -dice Fugnoli- que intentan exorcizarlo declarando que los precios pronto volverán a subir o cerrando en el más absoluto silencio sobre el tema, como hace la Fed desde hace un tiempo". par de meses". 

Fugnoli es optimista en este punto, creyendo que el resultado final, en los próximos años, será más inflacionario que deflacionario. A menos que se cometa algún error de política. Como fallar en limpiar seriamente los bancos europeos.

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