Tras 15 horas de detención y las duras acusaciones vertidas contra él por los jueces (corrupción, tráfico de influencias, violación del secreto investigativo: delitos que merecen 10 años de prisión), el expresidente francés Nicolas Sarkozy se desahogó en televisión gritando conspiraciones: “Estoy en shock y humillado: poder judicial politizado, me quiere destruir”.
Pese al duro golpe sufrido Sarko, que sigue bajo investigación aunque sea liberado, no descarta volver al terreno de la política: "Amo a mi país con pasión y no me desanimo ante las groserías y manipulaciones políticas", siempre dijo en directo. televisión de anoche.
Pero no es sólo Sarkozy el que se tambalea bajo los golpes de la judicatura, el terremoto ha golpeado todo el sistema de poder que se había construido bajo el presidente, obispo de la derecha neogaullista: abogados, amigos, ministros, asesores, colaboradores. Todo abrumado por siete investigaciones que en los últimos meses han visto emerger el nombre de Sarkozy y junto a él una galaxia de "excelentes".