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Francia, el gobierno aplaza y cede a los chalecos amarillos

Ha llegado el anuncio del primer ministro Edouard Philippe: el gobierno renuncia al aumento del impuesto al carbono, bloquea el aumento de las tarifas eléctricas y pospone seis meses las inspecciones a los automóviles para evitar una mayor escalada de la protesta y la nueva manifestación del próximo sábado. Amenazas de muerte al ala moderada del movimiento por parte de los más radicales

Francia, el gobierno aplaza y cede a los chalecos amarillos

No es una rendición, pero estamos cerca. El anuncio de la moratoria del primer ministro francés, Edouard Philippe, ha llegado y se basa en tres puntos principales: el Gobierno renuncia, por un período de seis meses, al aumento de las inspecciones técnicas de los coches previsto para el próximo año, se compromete a no aumentar la electricidad tarifas hasta mayo de 2019 y prevé la suspensión durante seis meses del aumento del impuesto al carbono, la convergencia entre gasóleo y gasolina y el aumento del impuesto al gasóleo para empresarios no viarios.

El primer ministro anunció la apertura, del 15 de enero al 1 de marzo, de un "amplio debate sobre impuestos y gasto público" que tendrá lugar a nivel nacional y en todo el país. “Este debate debe conducir a soluciones concretas”, advirtió.

Es un gesto relajante, una tregua que se encuentra exigencias de los chalecos amarillos y tratando de evitar el enésimo asalto a la Bastilla, o más bien a los barrios de los Campos Elíseos de París, previsto para el próximo sábado.

La moratoria fue una de las condiciones para que el movimiento de protesta iniciara un diálogo. Se debería haber celebrado una reunión por la mañana con el ala más moderada de los rebeldes, pero luego se canceló debido a las amenazas de muerte dirigidas a la delegación negociadora por parte de los sectores más radicales.

La concesión por parte del Gobierno de un aplazamiento en la aplicación efectiva de las subidas del impuesto sobre el precio del gasóleo deberá ir acompañada de otras medidas de conciliación social. Sin embargo, el ambiente todavía está recalentado y uno de los portavoces de los chalecos amarillos, Benjamin Cauchy, ya lo advirtió: “Una moratoria ciertamente no será suficiente para dormirnos – dijo a France Info – nuestras demandas son mucho más amplias. Queremos los estados generales de fiscalidad y la revalorización de los salarios, así como un verdadero electroshock político sobre la representatividad de los ciudadanos”.

A la espera de una nueva etapa de la enardecida protesta, la oposición cabalga el descontento y pide la renuncia del presidente Emmanuel Macron. Desde el radical de izquierda Melenchon hasta la revivida Marine Le Pen, todos condenan la violencia, pero todos se solidarizan con los manifestantes, aplaudiendo la insurrección popular que hace vacilar la posición del presidente, elegido hace apenas un año y medio y ya sumido en el índice de agrado.

Cabe recordar que el Gobierno ha introducido un impuesto ecológico y le ha declarado la guerra al gasóleo aumentando los impuestos especiales sobre los carburantes y ofreciendo una bonificación de 4.000 euros por la compra de un coche nuevo menos contaminante. “Es cuestión de añadir sólo 1.000 euros”, han repetido algunos ministros en las últimas semanas, no haciendo más que aumentar el enfado de los chalecos amarillos que aún consideran alta la cantidad a pagar para renovar su coche.

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