Cuando está en juego Silvio Berlusconi, es inútil hacer predicciones, porque el hombre nos tiene acostumbrados a las piruetas y por eso nadie juraría sobre la imposibilidad de reunir las diversas almas del centroderecha de cara a las próximas elecciones políticas para ir a la papeleta contra Renzi en lugar de Grillo.
Nada es imposible, pero tras las Regionales que sancionaron el éxito de la Liga y de Matteo Salvini, la brecha entre los berlusconianos y la Liga Norte es muy profunda y en Forza Italia nadie quiere oír hablar de las primarias. Pero, sobre todo, molestó mucho al cuerpo general de Forza Italia escuchar a Salvini afirmar que está "listo para desafiar a Silvio Berlusconi también en el nuevo centro-derecha" para luego competir por el cargo de primer ministro con Matteo Renzi.
A día de hoy parece muy difícil replicar a escala nacional la alianza entre Forza Italia y la Liga que en las Regionales permitió al centroderecha ganar en el Véneto y, sorprendentemente, en Liguria. Pero de aquí a las elecciones políticas, quién sabe…
Lo cierto es que el descontento que se acumula entre los berlusconianos contra Salvini es muy alto. "No podemos convivir -se oye decir a Forza Italia- con quienes predican la salida del euro". Y otra vez: "Ni el viejo MSI usaba eslóganes como los de Salvini".
Solo el líder del grupo de Forza Italia en la Cámara, Renato Brunetta, estaría dispuesto a sacrificarse por la santa alianza con la Liga, pero hasta sus compañeros de partido saben que Brunetta suele ser garantía de fracaso. Y por ahora no parecen dispuestos a escucharlo. Aunque al final vuelva a ser Berlusconi quien decida. A favor o en contra de Salvini.
