comparte

Fundación Golinelli: ciencia en la práctica que gusta a los niños

La ciencia está de moda entre los jóvenes: diez mil "me gusta" en Facebook, un boca a boca incesante, membresía que se duplica cada año a la "Ciencia en la práctica" de la Fundación Golinelli en Bolonia - Seiscientos adolescentes en los laboratorios Opificio hasta 29 julio

Fundación Golinelli: ciencia en la práctica que gusta a los niños

Diez mil "me gusta" en Facebook, un boca a boca incesante y una membresía que se duplica cada año: la ciencia está de moda entre los jóvenes, sobre todo si se cuenta de forma divertida y fascinante. Es lo que sucede con la Ciencia en la Práctica de la Fundación Golinelli, cuya edición de verano se celebra hasta el 29 de julio en Bolonia. Gracias a esta iniciativa, 600 adolescentes, después de la escuela, pueden probar suerte en los laboratorios del Opificio con el misterio del ADN de las manzanas o con las implicaciones de una novela policíaca en la que se transforman en detectives y criminólogos, para comprobar en el campo que la ciencia no es sólo un asunto abstracto, sino una fantástica herramienta de investigación.

"Comenzamos con un proyecto piloto en 2009 con 23 estudiantes - dice la gerente Raffaella Spagnuolo - y cada año nos hemos duplicado, hasta llegar a la cima este año". La edición de verano ofrece a los alumnos de III, IV o V una semana de trabajo, con un coste de 80 euros, además de 25 becas que pone a disposición la Fundación. “El objetivo – explica Spagnuolo – es dar a los jóvenes la oportunidad de verificar si la ciencia puede convertirse en su profesión en la vida. En el Opificio tienen que desarrollar un proyecto, aunque sea corto, y medirse con las satisfacciones, pero también con las frustraciones que ello conlleva. El laboratorio proporciona información sobre el momento de los experimentos y los fracasos. Una vez sucedió un caso increíble: estaban trabajando con líneas celulares humanas, pero todas murieron en una ola de calor insoportable. Fue triste, pero también interesante desde el punto de vista educativo, porque se entendieron los mecanismos de la muerte celular. Y el valor de lo que hacemos está precisamente en esto: en comprender”.

En la edición de 2016, los alumnos de tercer grado se miden con escenas del crimen reconstruidas, con huellas biológicas y análisis de ADN. "Todo esta bien
semana inventamos un misterio, es una cosa muy divertida, aunque al final el culpable casi siempre es el tutor de laboratorio. En este contexto, los jóvenes aprenden a trabajar en equipo, pero también a competir entre grupos ya discutir los experimentos realizados en conjunto”.

En cambio, los estudiantes un poco mayores están trabajando en alimentos que contienen gluten. “Hay un gran aumento de personas celíacas o que creen serlo. Por eso es importante analizar esta proteína, así como evaluar los diferentes productos que hay en el mercado o las mínimas trazas que se pueden encontrar en otros productos”.

El tercer tema de la agenda es el ADN de las manzanas: “No creas que todas son iguales – subraya Spagnuolo – todas son buenas, menos la de Blancanieves. Pero estamos analizando cinco con diferencias genéticas, para ver cómo se pueden mejorar y cruzar”. Al final de la semana, ¿cierras el experimento y sigues adelante? “Sí, pero no sin antes haber buscado la forma de difundir lo hecho a nivel masivo. Comunicar es fundamental para la ciencia – concluye Spagnuolo – porque, como dijo Einstein, solo cuando realmente entiendes algo, eres capaz de explicárselo a todos de forma sencilla”.

Revisión