comparte

Fundación Cartier: la fotografía metafísica de Gaciela Iturbide en una exposición-retrato

Hasta el 29 de mayo de 2022, la Fundación Cartier de Arte Contemporáneo (París) presenta "Heliotropo 37", la primera gran exposición con más de 200 obras (desde 1970 hasta la actualidad) dedicada a la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide

Fundación Cartier: la fotografía metafísica de Gaciela Iturbide en una exposición-retrato

Graciela Iturbide es una figura importante en el fotografía latinoamericana. Durante más de cincuenta años ha creado imágenes que oscilan entre un enfoque documental y una mirada poética: “Busqué la sorpresa en lo ordinario, lo ordinario que podía encontrar en cualquier parte del mundo.Si hoy es famosa por sus retratos de los indios seri en el desierto de Sonora y de las mujeres de Juchitán, así como por su trabajo fotográfico sobre las comunidades y tradiciones ancestrales mexicanas, Graciela Iturbide también aporta una atención casi espiritual a los paisajes y objetos. Esta exposición única presenta dos caras de Graciela Iturbide, brindándonos así una perspectiva sobre su obra.

Graciela Iturbide – Fundación Cartier

Graciela Iturbide se inició en la fotografía en la década de 70 junto a Manuel Álvarez Bravo (1902-2002). Siguió al primero en sus recorridos por los pueblos y fiestas populares mexicanas, donde lo observaba buscar el lugar indicado, esperando que sucediera algo, prácticamente invisible, que no molestara a nadie, para luego fotografiar todo lo que le interesaba. La exposición cuenta con un gran número de fotografías de personas que conoció y objetos sobre las que ha llamado su atención en el transcurso de sus diversos viajes por el México, ma anche en Alemania, España, Ecuador, Japón, Estados Unidos, India, Madagascar, Argentina, Perú y Panamá, entre los años 70 y 90. Entre las series emblemáticas de este período se encuentran Los que viven en la arena, 1978, con la que Graciela Iturbide vivió durante mucho tiempo la comunidad Seri en el desierto de Sonora, al noroeste del país; Juchitán de las mujeres (1979-1989), dedicada a la mujer y la cultura zapoteca, en el valle de Oaxaca en el sureste de México y la serie White Fence Gang (1986-1989) centrada en los cholos, pandillas de origen mexicano en Los Ángeles y Tijuana.

Más que el realismo mágico que muchas veces se ha asociado con ella, Graciela Iturbide prefiere la idea de un "toque de poesía y fantasía" que empuja lainterpretación documental más lejos y encuentre la oportunidad de aprender y sorprenderse a través de sus diversos viajes alrededor del mundo: “El conocimiento es doble: cuando viajas, descubres cosas tanto fuera como dentro de ti, a través de tu soledad.

Además de las fotografías que dieron fama al artista, la exposición Heliotropo 37 revela su reciente producción fotográfica, hasta ahora poco presentada. Con el paso de los años, las imágenes de Graciela Iturbide se han despojado de la presencia humana y su atención se ha volcado a los materiales y texturas, revelando el vínculo metafísico que une al artista con los objetos, la naturaleza y los animales. A fines de la década de 90, Graciela Iturbide viajó por Luisiana y estudió los desolados paisajes del sur de Estados Unidos. En 2000 y 2010 continuó su investigación de objetos y símbolos en India e Italia, carteles publicitarios fotográficos, montones de zapatos y cuchillos en escaparates, relés de mástil meciéndose con el viento y casas abandonadas cubiertas de vegetación.

En 2021, por iniciativa de la Fundación Cartier, Graciela Iturbide viajó a Tecali, un pueblo cerca de Puebla México donde se extrae y corta alabastro y ónice. Una ocurrencia rara en su carrera, abandonó el blanco y negro en favor de la fotografía en color para capturar piedras rosadas y blancas mientras se pulían. Los bloques de alabastro en los que ocasionalmente se ven escritos y grabados se destacan contra el cielo cristalino, como tótems.

Imagen de portada: Graciela Iturbide – Fundación Cartier. París © Julio Piatti

Revisión