Las perspectivas de crecimiento son buenas, pero hay "señales de sobrecalentamiento" para la economía brasileña. Así lo afirmó el Fondo Monetario Internacional (FMI), invitando al gobierno de Dilma Roussef a lanzar más medidas para combatir los riesgos asociados a la alta inflación y el auge del sector crediticio.
En su última consulta con Brasil, el FMI dijo que mantuvo su pronóstico de crecimiento económico este año en 4,1%. Pero el organismo señaló que el fuerte crecimiento del PIB, junto con la presión de la demanda y el bajo desempleo, conducirán a una mayor inflación, que podría llegar al 6,6% a finales de año. Este valor superaría ligeramente el techo de la meta que prevé una fluctuación entre 2,5% y 6,5%.
“El liderazgo ejecutivo felicitó a las autoridades por su buen manejo macroeconómico y su sólida línea de política económica”, se lee en el informe. "Pero a pesar de que las perspectivas son favorables, todavía hay señales de que la economía se está sobrecalentando".
La entidad destaca que el tamaño del crédito en Brasil ha aumentado dramáticamente: del 20% del PIB en 2004 ahora es del 46%. Los préstamos bancarios al sector privado continúan creciendo rápidamente y solo en abril de 2011 registraron un aumento del 20%. Tan lejos como el medidas ya tomadas por las autoridades brasileñas puede haber ayudado a frenar los préstamos en algunos sectores, los directores del Fondo dicen que las reformas deberían ser más integrales. El FMI aconseja no subestimar los riesgos financieros asociados con la gran asignación de fondos.
Además, el organismo recomendó al gobierno brasileño "continuar aplicando medidas de ajuste de política macro como parte de una respuesta a la gran entrada de capitales", considerando que "Brasil continúa siendo uno de los países favoritos de los inversionistas internacionales, gracias a su perspectivas económicas y altos rendimientos”.
El informe concluye con una sugerencia de reformas tributarias y medidas para simplificar el marco regulatorio y aumentar la competitividad, lo que "reduciría las tasas de interés estructuralmente altas e impulsaría las perspectivas de crecimiento a largo plazo".
Fuentes: FMI
