El Fondo Monetario Internacional eleva sus estimaciones sobre el PIB italiano, pero confirma la alerta de morosidad en el estómago de los bancos.
Estos son los datos más relevantes que se pueden leer en el "World Economic Outlook", según el cual el crecimiento italiano sigue fortaleciéndose: tras un +0,9% en 2016, el PIB italiano aumentará un 1,5% en 2017 y un 1,1% en 2018 , es decir, 0,2 y 0,1 puntos porcentuales por encima de las estimaciones de julio.
En cuanto a la deuda pública, según estimaciones, en 2017 el aumento es del 133% del PIB tras el 132,6% de 2016. El FMI prevé un descenso de la deuda al 131,4% en 2018 y al 120,1% en 2022. El déficit bajará este año a 2,2% desde 2,4% en 2016, para luego ubicarse en 1,3% en 2018. En la nota de actualización a la Def, el gobierno estimó una deuda de 131,6% en 2017 y 130% en 2018.
Sin embargo, los bancos continúan causando preocupación. A pesar del progreso realizado – escribe el Fondo – “sin un esfuerzo más concertado para sanear los balances de los bancos y mejorar su rentabilidad, las preocupaciones sobre la estabilidad financiera y los temores de un círculo vicioso entre la demanda débil y los presupuestos. Si los riesgos políticos resurgieran, por ejemplo, el aumento de las tasas de interés de largo plazo que los acompañaría empeoraría la dinámica de la deuda pública, especialmente si la inflación se mantuviera baja”.
