El término "Fintech" se refiere a empresas en un segmento de mercado particular que surge del encuentro entre los servicios financieros y el sector tecnológico. En este ámbito están entrando una serie de start-ups tecnológicas y nuevos actores del mercado capaces de innovar los productos y servicios financieros que ofrece la industria financiera tradicional.
Entre los diversos países que ocupan los primeros lugares en inversiones en esta área se encuentran los Estados Unidos, aunque existe un crecimiento considerable del mercado en Europa y Asia. Por otro lado, las inversiones posteriores al Brexit en el Reino Unido están disminuyendo. Entre las actividades más importantes que realizan las Fintech se encuentran: a) préstamos sociales a través de la concesión de préstamos "peer-to-peer" en mercados dedicados; b) roboadvisory, es decir, la creación de plataformas en línea que ofrecen soluciones de inversión a los ahorradores operando como un asesor financiero virtual; c) la creación de nuevos circuitos de pago minorista y sistemas de transferencia de dinero entre usuarios desde dispositivos móviles.
Sin embargo, la gama de posibles aplicaciones es muy amplia y está en constante evolución. Numerosos estudios reportan el impacto potencial de Fintechs en el sistema bancario tradicional. El 95% de los bancos cree que parte de su negocio está en riesgo. Ante este escenario, la mayoría de los bancos, en mayor o menor grado, han comenzado a colaborar y/o financiar start-ups Fintech, siguiendo diversas estrategias. Según una encuesta realizada en 2016 entre intermediarios financieros, 1 de cada 4 declaró no tener ninguna relación con empresas Fintech, casi 1 de cada 3 afirmó tener negocios en común, el 15% creó incubadoras mientras que solo el '11% han lanzado su propia Fintech.
En general, entre los diferentes tipos de enfoque, parece prevalecer el uso de la externalización frente al desarrollo interno de las empresas Fintech.
En Italia el mercado presenta una dinámica similar a la de otros países aunque en menor escala. En 2015, las Fintech italianas captaron 33,6 millones de euros, un valor cuatro veces superior al de 2014. Entre los distintos segmentos, el que más ha atraído inversiones es el crowdfunding, hacia el que se ha canalizado el 45% del total de fondos. Casi la mitad de las empresas fintech italianas están registradas como nuevas empresas innovadoras y tienen su sede principalmente en el norte de Italia, donde se concentra el 77 % de las empresas en comparación con el 11 % en el centro y el 12 % en las regiones del sur.
