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Finanzas sostenibles: el punto de inflexión ya ha llegado a los mercados

Mientras los gobiernos luchan por encontrar una estrategia común sobre la transición energética, las finanzas presionan el acelerador de la sostenibilidad: 2025 billones de activos ESG para 53, comienza la carrera por los bonos verdes: gas y nuclear incluidos en la taxonomía de la UE

Finanzas sostenibles: el punto de inflexión ya ha llegado a los mercados

Mientras los gobiernos todavía luchan por encontrar un equilibrio entre la necesidad de acelerar la transición energética y la de evitar impactos en la economía real que aún depende de los combustibles fósiles, las finanzas mundiales ya han decidido: La sustentabilidad es el negocio del futuro.. No solo porque la lucha contra el cambio climático ya no se puede aplazar, sino también porque invertir con criterios ESG es cada día más conveniente en términos de rentabilidad, beneficios y reputación. De hecho, si desviamos la mirada de las políticas gubernamentales a los planes industriales de empresas y multinacionales, enseguida nos damos cuenta de que las dudas y polémicas que presenciamos durante la Glasgow Cop26 se desvanecen como la nieve al sol. No lo dudan las empresas que han hecho de la sostenibilidad uno de los pilares fundamentales de sus estrategias de inversión. Tampoco por los bancos de inversión y los grandes fondos -desde HSBC a BlackRock, pasando por Goldman Sachs- que han decidido tomar la delantera en la lucha contra el cambio climático, llegando incluso a establecer Cualquiera o: ya no invertimos en productos y empresas que no colocan los parámetros ambientales, sociales y de buen gobierno en el centro de su trabajo.

NÚMEROS Y ESTIMACIONES

El giro sostenible que ya ha emprendido Finanzas es visible tanto en los números como en las previsiones. ​​Según el informe Renewable Energy Investment Tracker de BloombergNEF, en el primer semestre de 2021 las inversiones en energías renovables alcanzaron los 174 mil millones de dólares, la cifra más alta jamás registrada, mientras que desde 2015 hasta hoy se ha llegado incluso a los 2.200 mil millones gastados en energías limpias. Cifras que muestran claramente el rumbo que toman fondos, gobiernos y empresas en la transición energética y que se vuelven aún más ambiciosas si miramos al futuro desde el presente. Suponiendo un crecimiento del 15%, ritmo inferior al mantenido en los últimos 5 años, Bloomberg Intelligence espera que las inversiones en activos ESG alcancen los $ 2025 billones para 53 desde un estimado de $ 37,8 billones a fines de 2021, lo que representa más de un tercio de los $ 140,5 billones de activos globales bajo administración. Europa contribuirá con la mitad de los activos ESG globales, mientras que EE. UU. podría dominar la categoría a partir de 2022.

LOS BONOS VERDES

Para lograr los objetivos climáticos acordados en París y confirmados en Glasgow, los bonos verdes serán esenciales. Desde el primer bono verde emitido en 2007 por el BEI, el camino recorrido ha sido largo y, hasta la fecha, según estimaciones de Climate Bond Initiative, las emisiones globales han superado los 1,4 billones de dólares. Las previsiones, sin embargo, incluso en este caso, son aún más ambiciosas. Las estimaciones del CBI, basadas en una encuesta realizada a una muestra de 353 sujetos, hablan de 5 billones de bonos verdes para 2025, con una meta intermedia de un billón al año para nuevas colocaciones a alcanzar para 2022/2023. "La tan esperada marca del billón ahora es considerada realista por el mercado", explicó el director ejecutivo de Climate Bonds Initiative, Sean Kidney, quien subrayó que "es una inversión en la economía real porque planea asignar capital a infraestructura, energía limpia , transporte, edificios y agricultura sostenible”. 

En este escenario, la Unión Europea está llamada a jugar la parte del león, sobre todo si se tiene en cuenta que, según lo establecido, el 30% de los fondos (250 millones en total) necesarios para financiar la Next Generation Eu procederán de la emisión de bonos verdes, convirtiendo a la UE en el primer emisor del mundo en este segmento. No es casualidad que el 12 de octubre Bruselas emitiera el primer bono verde del programa, recaudando pedidos por más de 135 millones de euros. Entre los suscriptores, el 10% procedían de Italia, que aspira a desempeñar un papel de liderazgo en el panorama continental de la deuda verde.

Y aquí también, los bonos sostenibles se han convertido en una oportunidad interesante. Tanto para las empresas -desde Enel que ha sido precursora de Snam, A2a y FS que llevan años emitiendo bonos Esg-Linked con excelentes resultados- como para el Gobierno. El 3 de marzo de 2021, el Tesoro emitió el primer Btp Green por 8,5 millones de euros con vencimiento en 2045, recibiendo suscripciones superiores a unas 10 veces la oferta. Un resultado que llevó al Ministerio de Economía y Hacienda a anunciar el pasado 19 de octubre una nueva oferta, esta vez por un importe de 5 millones de euros. 

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LAS NORMAS

El río de dinero que se está vertiendo en activos sostenibles necesita reglas claras y ciertas. No debe subestimarse el peligro del greenwashing, el odioso fenómeno que hace que empresas y gobiernos presenten como sostenible lo que en realidad no lo es. Para conseguir que el dinero invertido fluya hacia donde se necesita, estimulando el crecimiento de la economía verde, la Unión Europea trabaja desde hace años en la taxonomía, una normativa que establece qué inversiones pueden considerarse sostenibles y cuáles no en base a criterios que pretenden acelerar la transición energética y hacer una “contribución sustancial” a la mitigación y adaptación al cambio climático. 

En la lista de actividades sostenibles, elaborada no sin dificultad y polémica, también habrá espacio para el gas y la energía nuclear. “Para el mix energético del futuro necesitamos más renovables pero también fuentes estables y la Comisión adoptará una taxonomía que abarque también la nuclear y el gas”, ha anunciado el vicepresidente de la Comisión de la UE, Valdis Dombrovskis. "Estamos preparando el nuevo acto delegado, no tenemos una fecha concreta para la propuesta de la Comisión pero se hará en un futuro próximo sin demora", añadió.

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