Hace trece meses Pierfrancesco Guarguaglini se vio obligado a dimitir como presidente de Finmeccanica por ser investigado tras las declaraciones del fixer Lorenzo Cola en la investigación por facturas falsas. Ahora la rehabilitación. Con un artículo de Marco Ludovico, "Il Sole 24 Ore" advierte que la Fiscalía de Roma ha desestimado la posición de Guarguaglini.
En cambio, sigue en su lugar Giuseppe Orsi, que había ocupado el lugar de Guarguaglini al frente de Finmeccanica y que ahora es investigado por corrupción internacional y blanqueo de capitales por los fiscales de Nápoles y Busto Arsizio.
Marina Grossi, ex directora ejecutiva de Selex Sistemi Integrati y esposa de Guarguaglini, quien siempre ha declarado su propia no participación en los cargos, está en cambio en el contexto de la investigación por facturación falsa.
El caso Guarguaglini y el juicio mediático que siguió deberían llevar a la prensa a cierta autocrítica, que ama el escandalismo y olvida la presunción de inocencia de todo sospechoso hasta la condena real.
