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Eni-Versalis, qué futuro para la química italiana

La inminente venta de la empresa a Eni ha abierto el debate: ¿merece la industria petroquímica, que se está expandiendo a nivel mundial, ser relanzada en Italia? El análisis de Leonardo Maugeri, ex alto directivo de Eni.

Eni-Versalis, qué futuro para la química italiana

¿Qué futuro para la química italiana? La venta inminente de Versalis, del que hablará el CEO de Eni el miércoles por la tarde Claudio Descalzi al presentar el plan industrial 2016-19 a las comisiones conjuntas de la Cámara y el Senado, abrió el debate: ¿es correcto vender la mayor industria química italiana, o Eni debería mantenerla y relanzarla? Y en caso de venta, ¿es más sensato venderlo a una entidad pequeña, como está ocurriendo, oa un grupo más sólido?

“Versalis ya no es estratégico”, ya ha dicho Descalzi recientemente. Sin embargo, según lo que surge de un análisis en profundidad realizado por el ex alto gerente de Eni, Leonardo Maugeri, en las páginas de Repubblica, el sector aún está saludable y hay espacio para relanzarlo, con las precauciones necesarias. Según las previsiones para 2016, la industria química italiana debería crecer un +1,4%, frente al +0,8% estimado en 2015. Sin embargo, se espera que las exportaciones disminuyan, debido a la "muy fuerte competencia de los EE. UU. y los países del Golfo Pérsico – escribe Maugeri -, que se ven favorecidos por la disponibilidad de materias primas de bajo costo y, por lo tanto, pueden permitirse el lujo de invadir el mercado chino, donde la demanda interna crece exuberantemente y requiere importaciones”.

Por lo tanto, la esperanza es que los principales productores se concentren en el mercado asiático, sin comprometer la ya menor competitividad de las petroquímicas europeas, especialmente las italianas. En cuanto a Italia, “necesitamos reconstruir tres pilares – vuelve a escribir Maugeri -: ante todo investigación y desarrollo tecnológico, pero bien dirigida y no siguiendo el estéril lema de que la investigación siempre es útil". Entonces estaría el "química verde, un sector hasta ahora poco explorado incluso por los grandes players internacionales, al que sería fructífero lanzarse. El tercer pilar es el de revitalizar los sitios petroquímicos existentes y reconvertirlos quirúrgicamente, y esta es la operación más complicada. "El propio sistema regulatorio italiano dificulta la realización de inversiones aceptables incluso dentro de los sitios industriales ya existentes: demasiadas autoridades se superponen con poderes de autorización y veto", denuncia el ex ejecutivo de Eni en La Repubblica. Pero, sobre todo, para apoyar un esfuerzo tan complejo y oneroso se requiere un conocimiento adecuado del sistema italiano, pasión y un alma emprendedora ya probada en rescates industriales. En resumen, necesitamos un "gran jugador" como Eni no puede ser ya que la química, a pesar de todo, nunca ha sido su verdadera profesión y ciertamente ya no lo es ahora. Sin embargo, "pensar en reconstruir una química italiana de gran valor global a partir de lo que queda hoy de ENI es difícil, pero posible", argumenta Maugeri. “La puerta es muy estrecha -observa- pero creo que todavía hay entidades nacionales capaces de lanzarse a esta misión”. Adelante, pues, porque esta es la última llamada y el traspaso de Versalis ya no se puede aplazar más.

El caso Versalis parte de lejos, de una desafortunada gestión en los años de la bonanza económica, cuando para hacer la guerra al coloso creado por Enrico Mattei, empresas privadas como sobre todo Montecatini y Edison multiplicaron su actividad en muchas plantas pequeñas, débiles al nivel que sin embargo obtuvieron el resultado de canibalizarse entre sí. La crisis económica de los años 70 acabó por destrozarlo todo y fue entonces cuando "para remediar el desastre del empleo, Eni -entonces un organismo estatal- se vio obligada a incorporar las plantas petroquímicas de las empresas en quiebra". En los años 80 y 90 hubo luego otras operaciones sin sentido, como la desastrosa fusión entre Eni y Montedison (nacida a su vez de la fusión Montecatini-Edison), de la que nació Enimont, luego desbordada por el escándalo de Tangentopoli.

En los años entre 2010 y 2015, según datos de Federchimica, Las exportaciones italianas crecieron más que otras en Europa: +20%, solo por detrás de España y por delante de Alemania, Reino Unido y Francia. Pero mirando los datos más recientes, se espera que las exportaciones, que hasta ahora han estado impulsadas por la química fina, caigan en 2016 con un +3 % frente al +4,5 % en 2015. Las incertidumbres en los mercados internacionales siguen penalizando a los productos químicos y, por lo tanto, a pesar de la impulso hacia una producción verde y tecnológicamente avanzada, la producción italiana debería mantenerse en niveles de crecimiento contenidos este año de +1,6%.

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