Llama a Enel Energia, o ella te llamará. Y quizás también recibas una factura sorpresa, como les ha pasado a muchos italianos en los últimos años. Víctimas de lo que se define como una “práctica comercial desleal”, los desafortunados tuvieron que pagar por suministros que nunca habían solicitado. Su caso ya había llamado la atención de la Defensa de la Competencia en el pasado, que en septiembre de 2008 había dictado una resolución contra la energética, sancionada posteriormente con una multa de 50 mil euros. Desafortunadamente, sin embargo, Enel no quiso seguir la línea y continuó firmando contratos de una manera alegre. Por ello, la Autoridad que dirige Antonio Catricalà ha anunciado hoy el inicio de un nuevo proceso en su contra.
En detalle, la compañía ha activado las ofertas "Energía pura hogar" y "Vantaggio 5+" para algunos usuarios, que garantizan el suministro de electricidad y gas natural, respectivamente. Lástima que los clientes no sabían nada al respecto. El procedimiento podría seguir diferentes canales. En algunos casos, los agentes de Enel Energia iban directamente a los hogares de las personas, pidiéndoles que mostraran sus facturas y así adquirir los datos necesarios. Justificaron las visitas hablando de una "obligación regulatoria de cumplir", luego hicieron que los consumidores firmaran los formularios ya completados sin especificar que se trataba de nuevos contratos.
Otras veces la comunicación se hacía a través de call centers. Al final de la llamada, los clientes creían que la empresa simplemente les enviaría documentos ilustrativos, pero a los pocos días recibieron una carta en la que se les informaba que las ofertas ya habían sido activadas. Finalmente, los más desafortunados solo se dieron cuenta de la operación leyendo la factura, sin que la empresa se haya puesto en contacto con ellos de ninguna manera. Pero en estos casos, ¿quién debía firmar los contratos? Nadie. Eran firmas falsas. En ocasiones la activación incluso se ha hecho a nombre de personas fallecidas hace años. Algunos consumidores pudieron cancelar contratos a tiempo, pero fue inútil. Continuaron recibiendo cartas y facturas absurdas.
