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Elecciones en Francia, Macron celebra la victoria y cambia su agenda: "Se abre una nueva era"

Emmanuel Macron reelegido presidente de la República vuelve al papel de líder de la izquierda reformista e inicia el cambio: "Será una Francia más ecológica y más justa"

Elecciones en Francia, Macron celebra la victoria y cambia su agenda: "Se abre una nueva era"

“Se abre una nueva era para Francia. Nadie se quedará a la vera del camino. Construiremos una gran nación ecológica. Y una sociedad más justa”. Emmanuel Macron, presidente reelegido, retoma su vestimenta de hombre de izquierda reformista porque los próximos cinco años no serán una simple "continuación de los primeros". Esto es lo que se esperaba de muchos sectores. Y no sólo porque esté a punto de comenzar una nueva campaña electoral, la de las legislativas, que tendrá lugar dentro de poco más de un mes, el 10 de junio. Pero también porque Macron ahora tiene la tarea de cerrar la gran brecha popular, como muchos han observado en los periódicos, entre quienes más han ganado con las diversas crisis y quienes han sido devastados por ellas.

Macron frenó el populismo a las puertas del Elíseo, superando a Marine Le Pen con un 58,6 % frente al 41,4 % logrado por la retadora, tras una de las peleas más duras de la historia de Francia.

Macron gana y Europa celebra

Incluso Europa pudo respirar aliviada. no por casualidad Úrsula Von Der Leyen e Mario Draghi fueron los primeros en expresar su satisfacción con el resultado de la votación, y el primer ministro italiano lo calificó de "noticia espléndida para Europa".

Hasta el último segundo hubo un enorme temor de que Francia estuviera dispuesta a hacer como Gran Bretaña con el Brexit o Estados Unidos con Trump. Porque nunca antes Marine Le Pen había sido insidiosa, convirtiéndose en una candidata creíble para el Elíseo. Y el resultado no faltó: la extrema derecha logró el mayor número de votos de la historia, casi 12 millones.

Marine Le Pen fue la primera en comentar el resultado, después de telefonear a Macron para aceptar la derrota. Dijo que no tiene "ni rencores ni rencores" y que "más que nunca sigue en su compromiso". Hizo una cita para las reuniones legislativas cuando "habrá otro giro" porque "Macron no hará nada para cambiar las condiciones de los franceses".

El segundo en hablar después de la votación fue Jean-Luc Mélenchon, dispuesta también a abrir la nueva campaña electoral: “Le Pen fue derrotado y es una buena noticia -dijo-, pero Macron es el presidente peor elegido de todos, navega entre un aluvión de votos en blanco y abstenciones. Y por tanto –concluyó– ir a las elecciones legislativas para cambiar la Asamblea y elegirme primer ministro”.

Macron en el Campo de Marte: "Nadie se queda al margen"

Por último, habló Emmanuel Macron, recibido en los Campos de Marte, los jardines más históricos de la capital, con la Torre Eiffel, el símbolo mismo de París, detrás.

Se acercó al escenario a pie, junto a su mujer Brigitte y una veintena de jóvenes, mientras la música sonaba el Himno de la Alegría, el de Europa. Los comentaristas de televisión subrayaron de inmediato la diferencia con 2017: entonces solo aparecía en el patio del Louvre, todavía al son del himno europeo.

Luego agradeció muchas veces a los franceses la nueva confianza y anunció el gran cambio de visión: Francia tendrá que convertirse en un país donde la gente sea más feliz. Y para ello será necesario que “nadie se quede al margen”.

También para él ya ha comenzado la nueva campaña electoral y hay que convencer a todos los franceses que han elegido la izquierda radical de Mélenchon ya los más frágiles que se dejan engañar por las promesas de Le Pen.

Sin embargo, para cambiar hay que partir de lo construido.

¿Qué tipo de presidente fue Emmanuel Macron?

A pesar de ser uno de los jefes de Estado franceses menos queridos desde que De Gaulle introdujo la Quinta República en 1958, se le pueden atribuir muchos éxitos. Y la prensa las ha concedido todas.  

Francia hoy es un país modernizado, inventando startups y lanzándose al hidrógeno. Ha reducido el desempleo a un mínimo histórico durante quince años. El crecimiento del país, a pesar de la guerra, podría llegar al 3% en 2022. Se han recortado 50 millones de impuestos, de los cuales 25 para las familias. Y la inflación también está entre las más bajas de Occidente, dejando el poder adquisitivo, el principal tema de la campaña electoral, aumentado en una media de 300 euros al año.  

Sin embargo, Macron no logró unir a los franceses.

Nunca antes el país se había mostrado "fracturado" como esta vez, como han explicado analistas de todas las formas. Y así lo confirmó el enorme abstencionismo, superior al 28%, el más alto en segunda vuelta desde 1969.

Esta será la tarea más dura que le espera a Macron: reunir a su país. Borrando el odio de la izquierda que lo considera correcto, y de la derecha que lo odia porque lo responsabiliza de su derrota.

El único lugar donde solo tiene admiradores de Macron es Europa donde ejerce un liderazgo fuerte y reconocido. También desde un punto de vista léxico. Suyos son los términos "soberanía europea" y "autonomía estratégica", tomados del discurso en la Sorbona que pronunció tras ser elegido en 2017.

Liderazgo evidente aún más si se mira a los vecinos: la canciller alemana aún no tiene el carisma suficiente para imponerse en la mesa del 27; mientras que Italia, a pesar del papel fuerte e importante de Draghi, está entrando en una campaña electoral cuyo resultado es impredecible.

En resumen, los observadores argumentan que después de la hegemonía alemana, que duró todo el período de la cancillería de Merkel, puede haber llegado el momento de la francesa.

Pero todo a su tiempo. Ahora que alguien que cree en el futuro de la Unión se queda en París, se puede escribir una nueva agenda. 

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