comparte

Economista: la crisis de Europa es política, Estonia a contracorriente

La falta de una política común y orgánica está en la raíz de la crisis que atraviesa Europa. La adopción de opciones prospectivas y no dictadas exclusivamente por la emergencia permitiría reencauzar la economía, como lo demuestra el caso de Estonia. Los indicadores positivos del país báltico son una excepción dentro de la Eurozona.

Economista: la crisis de Europa es política, Estonia a contracorriente

La crisis que está poniendo de rodillas a Europa tiene raíces políticas más que económicas. Así lo afirma una reflexión presente en el último número de The Economist, dentro de la columna 'Charlemagne'. La falta de una política común y orgánica está, de hecho, teniendo un impacto decisivo en la situación de Grecia y de los demás países en riesgo. Sólo en situaciones de emergencia los distintos líderes buscan el enfrentamiento e incluso en estos casos confían más en intervenciones parciales que en soluciones prospectivas y previsoras. Por ello, el colapso de las economías europeas, Grecia in primis, parece tomar por sorpresa a los gobiernos de la Unión, mientras que una estrategia cuidadosamente construida permitiría predecir y contener los recientes desastres. La inconsistencia de las opciones políticas europeas es la principal causa del colapso de los mercados financieros y el consiguiente efecto de contagio. Sin embargo, la propia eurozona presenta un ejemplo de cómo, después de una crisis grave, es posible volver a encarrilar la economía y desencadenar un crecimiento impresionante. De nuevo The Economist destaca cómo Estonia atravesó en 2009 una fase extremadamente crítica, caracterizada por un auge del desempleo y una contracción progresiva del PIB. Una política con visión de futuro, no dictada por decisiones de emergencia, ha permitido retomar el rumbo y convertir a Estonia en el país con la deuda pública más baja de toda la eurozona. Mientras hoy los estados europeos se enfrentan a indicadores negativos, el crecimiento del PIB estonio en el primer trimestre de 2011 alcanzó el 8,5%, el mejor dato de toda la Unión Europea. Durante el año pasado, el desempleo cayó del 18,8% al 13,8%, la producción industrial aumentó un 26% y Fitch elevó la evaluación del estado estonio a A+. La opción decisiva detrás de esta auténtica edad de oro fue la adopción de un régimen fiscal ligero que permitió atraer el capital de numerosas empresas extranjeras. Y también en este caso hubo un efecto de contagio, pero positivo. De hecho, tras las recientes dificultades, Letonia y Lituania están siguiendo el ejemplo de Estonia. En el último año han logrado tasas de crecimiento importantes, gracias sobre todo al boom de las exportaciones: +38% para Letonia y +42% para Lituania. Los gobiernos europeos deberían comenzar a estudiar el caso de estos tres países, una demostración de cómo las opciones prospectivas son mucho más funcionales que las intervenciones dictadas exclusivamente por la contingencia.

Revisión