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Derrotó a Italia, fuera de la Copa del Mundo después de 60 años

Clamorosa debacle de la selección que no logra superar a Suecia en San Siro y queda así eliminada de las eliminatorias al Mundial Rusia 2018 - No pasaba desde 1958 - Ventura hacia su renuncia - Buffon entre lágrimas - Hasta los dirigentes de la Federación tiembla - Daño barato y con una imagen colosal

Derrotó a Italia, fuera de la Copa del Mundo después de 60 años

La pesadilla se ha hecho realidad. Veremos la Copa del Mundo en Rusia por televisión, pero no como estamos acostumbrados: sin mítines masivos frente a pantallas gigantes, sin vítores incondicionales independientemente de la afiliación del club, sin camiseta azul y cara pintada tricolor.

La competición futbolística más importante no será nuestra segunda vez en la historia, pero si la primera tuvo una justificación bastante fundada (era 1958 y el movimiento aún estaba sacudido por la tragedia del Grande Torino) ésta simplemente no lo tiene

Fallamos en el campo y no solo en el playoff contra Suecia, de hecho, el hecho de no marcar un solo gol en 180 minutos contra una selección tan modesta debe, paradójicamente, tranquilizarnos: significa que no lo merecíamos, punto que es todo, y que quejarse no tiene sentido. Sin embargo, queda el pesar por haber gestionado muy mal el legado dejado por Conte, tanto a nivel técnico (cuartos de final de la Eurocopa perdidos sólo en los penaltis ante la gran Alemania, además tras vencer a Bélgica y España) como a nivel emocional. nivel (los italianos volvían a estar enamorados de la selección tras años de flaqueza), por eso los protagonistas de este tonto,
no solo deportivos, sin embargo, tendrán que pagar generosamente.

El primero será Gian Piero Ventura, cuyo derrocamiento (exención o renuncia, da igual) es solo cuestión de horas, el segundo podría (debería) ser Tavecchio, aunque aquí dependerá más que nada de lo habitual. equilibrios políticos en los que el fútbol ya nos tiene tristemente acostumbrados. La falta de clasificación para la Copa del Mundo no puede explicarse únicamente por el empate 0-0 en San Siro, aunque allí también hay numerosos errores.

Ventura ha decidido enfrentarse a Suecia con un incomprensible 3-5 2, tanto en lo masculino (Gabbiadini empieza en lugar de Belotti, Darmian y no El Shaarawy, Insigne en el banquillo todo el partido) como en la estrategia (de qué sirve cruzar ¡¿una y otra vez contra quien tome la delantera?!), elecciones que ni siquiera fueron compartidas por los jugadores, como lo demuestra el motín de De Rossi al final del partido. “Qué hago, hay que poner Insigne, no hay que igualar”, el estallido de DDR captado en cámaras, testimoniando a un grupo desintegrado y descorazonado, por refundarse a partir de hoy.

De hecho, ahora toca actuar y esta vez no bastará con cambiar de entrenador. Por supuesto, un gran jugador en el banquillo sería una bendición, pero ¡ay de
detente ahí: cuando un edificio se derrumba hay que reconstruirlo desde los cimientos, no darle un barniz para los fotógrafos. Buffon, Barzagli y De Rossi se irán, probablemente Chiellini haga lo mismo: nombres pesados, tanto en el campo como en el vestuario. El vacío será enorme y habrá que llenarlo con inteligencia y planificación, así que baja la cabeza y pedalea. Porque el Mundial frente al televisor no nos debe derribar, sino dar la bronca justa para que algo así no vuelva a ocurrir.

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