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DINASTÍA DORADA – Después de Agnelli Jr a Lady B, con Thohir llega Angelo Mario Moratti

A pesar de la llegada del indonesio Thohir al Inter, el fútbol italiano sigue dominado por las dinastías de todos los tiempos: Agnelli, Berlusconi y Moratti llevan allí dos o tres generaciones. Después de Andrea Agnelli que devolvió el éxito a la Juve y después de Barbara Berlusconi que está minando a Galliani en Milán, Angelo Mario Moratti llega a lo más alto del Inter

DINASTÍA DORADA – Después de Agnelli Jr a Lady B, con Thohir llega Angelo Mario Moratti

Las dinastías en el poder. La llegada a Italia de Erick Thohir (segundo titular extranjero tras el consorcio estadounidense que controla la Roma) trastorna el equilibrio de nuestro fútbol, ​​pero menos de lo que uno podría pensar. De hecho, todas las familias históricas que han controlado los grandes clubes de la Serie A durante años (en algunos casos siempre) siguen en el poder. 

Agnelli, Berlusconi, Moratti: están ahí desde hace mucho tiempo y seguirán estando ahí. El nuevo organigrama del Inter es claro, los accionistas mayoritarios son Thohir, Roeslani y Soetedjo, pero el vicepresidente seguirá llevando el apellido que, más que ningún otro, ha marcado la historia de los nerazzurri. Angelo Mario Moratti (recién cumplidos los 40) dará continuidad a la gloriosa dinastía iniciada en 1955 por su abuelo Angelo, aunque con un rol subordinado. Massimo, en cambio, sale de escena, cuyo cargo (presidente honorario) es más simbólico que otra cosa. Una elección inevitable para quienes, hace 18 años, decidieron reconectar un hilo que les había traído gloria y éxito, y que ahora no podrían aceptar realmente una presidencia "bajo el patrón".

Todo o nada, así es la vida de un vástago dorado. Bien lo saben Andrea Agnelli y Barbara Berlusconi, personas de apellido platino destinadas a gobernar desde la cuna. El primero ya lo está haciendo, el segundo lo hará pronto, al menos según los rumores que llegan desde la casa del Milán. Andrea ha demostrado que sabe cómo mantenerse al mando, devolviendo a la Juve a la senda del triunfo tras el desastre del Calciopoli. No fue fácil, y el propio Agnelli se golpeó la cabeza con fuerza en 2010/11, la primera temporada de la Dama al mando. En esos meses mucha gente recordaba al doctor Umberto y al abogado Gianni, padre y tío respectivamente, pero también al abuelo Edoardo, progenitor de la dinastía blanca y negra. Andrea coleccionó, luego respondió con Scudetti (2) y Supercopas (2), así como con exhibiciones en la FIGC que cimentaron su relación con el ambiente y la afición.

Quizá sea aún más complicada la tarea de Barbara Berlusconi, ya renombrada por todos como Lady B. Será ella quien asuma el pesado legado de Galliani, brazo derecho de su padre durante más de 30 años y artífice de los éxitos que han llevado varias veces al Milán a la la parte superior de la d 'Europa y el mundo. No lo hará directamente, pero las personas a las que pondrá al frente de Via Aldo Rossi le responderán y esto ya representa un punto de inflexión de época. Por primera vez, por tanto, Silvio Berlusconi tendrá también un heredero en el fútbol, ​​con todo lo que ello supondrá en cuanto a presión, mediática y demás, dada la desconfianza que siempre ha acompañado a la mujer en el medio.

Sin embargo, Lady B podrá tomar fuerza con un importante precedente, el de Rosella Sensi. “La dama nació en la cuna de oro”, dijo con desdén Josè Mourinho en el momento de un Inter-Roma fogoso, a ella le dio igual y siguió adelante. Por otro lado, la presidenta de los giallorossi tuvo muchos problemas, encontrándose navegando en la tormenta desatada por su padre Franco. Una dinastía que marcó la historia de Roma, con altibajos (sobre todo el Scudetto de 2001) y bajo (sobre todo el caso de los rolex y las dificultades financieras), siempre bajo la bandera de los excesos. Franco declaró la guerra a los "poderosos del norte", Rosella se hizo amiga de ellos y por eso mismo se ganó el odio de una parte de la afición, que ni siquiera los dos Scudetti estuvieron a punto de anular. 

Eventualmente llegaron los estadounidenses y la era Sensi terminó en el desván. Como Gea World, o al menos como solía ser. Quien manejó cientos de jugadores y entrenadores, bajo la dirección de Alessandro Moggi, vástago de Luciano, y varios apellidos ilustres (desde Chiara Geronzi a Andrea Cagnotti, pasando por Davide Lippi y Francesca Tanzi). Calciopoli destruyó el castillo y obligó a sus habitantes a reinventarse en otros roles. Y, hablando de Tanzi y de historias que terminaron mal, cómo olvidar el Parma de Calisto y Stefano, que pasó de la época dorada de las copas a la época decididamente menos noble del crack de Parmalat, que inevitablemente terminó involucrando también al club. 

Historias de tradiciones y dinastías que, para bien o para mal, han marcado la historia de nuestro fútbol. Thohir ya lo ha entendido, en Italia el pasado nunca pasa. Y con la descendencia dorada hay que vérselas, siempre y en todo caso.

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