comparte

DEL BLOG DE ALESSANDRO FUGNOLI – Qe ha coronado la esperada devaluación del euro y no ha terminado

DEL BLOG “ROJO Y NEGRO” DE ALESSANDRO FUGNOLI, estratega de Kairos - El BCE tardó 63 meses en lanzar el QE pero más vale tarde que nunca, aunque Alemania exigiera su participación - Ahora el euro está más débil (-17%) y cuando suban los tipos en EE.UU. volverá a perder terreno frente al dólar, pero es el precio a pagar para relanzar las exportaciones y el crecimiento

DEL BLOG DE ALESSANDRO FUGNOLI – Qe ha coronado la esperada devaluación del euro y no ha terminado

El abogado Pedro Gauweiler tiene 69 años. Es luterano, está casado y tiene cuatro hijos. En 1992 definió la Tratado de Maastricht un sueño totalitario. En 1999 comparó el euro con el esperanto. En 2005 recurrió ante el Tribunal Constitucional alemán contra el proyecto de constitución europea (posteriormente abortado) y en 2008 contra el Tratado de Lisboa. El tribunal de Karlsruhe no consideró las dos apelaciones, pero Gauweiler, un hombre tenaz, volvió a intentar en 2011 contra el rescate de Grecia y el establecimiento de la EFSF. Los jueces, esta vez, lo escucharon, pero rechazaron el recurso. En 2012 Gauweiler apeló contra elOMT di Draghi y muchos jueces incluso habrían estado de acuerdo con él pero, por consideraciones de prudencia política, remitieron el caso al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que esencialmente dijo que la OMT está perfectamente bien.

Ahora Gauweiler ya tiene la apelación contra el Disminución cuantitativa y cuenta con que el tribunal de Karlsruhe, ofendido por el de Luxemburgo, vuelva a tomar en serio sus argumentos.

Gauweiler no es un excéntrico y no busca publicidad. No pertenece a Alternative für Deutschland, el nuevo partido anti-euro, y es miembro de la CSU bávara desde 1968. Desde 1972, los ciudadanos de Múnich lo han elegido regularmente para los cargos más altos de la ciudad y del Land. Durante tres legislaturas, Gauweiler ha representado al distrito de Munich Sur en el Bundestag, una de las zonas más ricas e industriosas de Alemania y de toda Europa. Su partido, la CSU, está en el gobierno.

La Merkel e Schauble, ambos acercándose al final de su temporada política, se están moviendo en otra longitud de onda. Schauble, a su manera, es un sincero europeísta. Merkel, por su parte, es demasiado hija de la Guerra Fría para querer pasar a la historia como la mujer que hizo estallar Europa. Dicho esto, el estilo político de Merkel le aconseja que no ignore el creciente malestar que surge a su derecha de la sociedad política (el Círculo de Berlín, Alternative für Deutschland, partes crecientes de la CSU) y de la sociedad civil (ver el impresionante movimiento Pegida). Merkel tampoco puede ignorar las crecientes reticencias con las que el Bundesbank y el Tribunal Constitucional aceptan las lágrimas de ortodoxia legal y monetaria infligidas a Alemania por una Europa en la que, numéricamente, el frente norte es minoritario.

Y por otro lado, además de las consideraciones de política interna, a Merkel no se le escapa que la indisciplinada Europa, la mediterránea, tiende sistemáticamente a aferrarse a cualquier salvavidas para no hacer lo que más le serviría, es decir, reformas estructurales. Conceder un Qe sin condiciones, desde el punto de vista alemán, equivaldría a privarse de un poderoso instrumento de presión contra Francia e Italia.

También hay que considerar la influencia que ya está teniendo en la opinión pública alemana la decisión suiza de abandonar el euro y revalorizar el franco. Si la economía suiza logra resistir el impacto en los próximos meses, las voces de quienes sostienen que Alemania debe prepararse para hacer lo mismo serán más influyentes. En ese momento, desaparecida la lógica económica, sólo quedará una consideración política a favor de la permanencia del euro.

Por ello, a pesar de estar a favor del QE (como lo estuvo de la OMC en 2012), la corriente política alemana ha dado un mandato a sus representantes en el BCE para que establezcan dos barreras infranqueables al programa.

El primero es la definición ex ante de cantidades. La psique alemana aborrece el pie de página y la constitución de 1949 le echa una mano en este punto. Debido a esto Dragones tuvo que aceptar una cantidad cerrada, alrededor de un billón. A cambio, la cantidad decidida es superior a las previsiones más optimistas. Luego se inserta una pequeña cláusula en el comunicado de prensa que permite prolongar Qe hasta que se alcancen las metas de inflación.

El segundo es el corresponsabilidad al 80 por ciento de los bancos centrales nacionales con respecto a la posibilidad de impago de deuda por parte de emisores soberanos de la Eurozona. La corriente política alemana sabe muy bien que de esta manera hay un incentivo peligroso para que cualquier país insolvente abandone el euro, pero hacerlo de otra manera (mutualizar las pérdidas) habría significado darle un argumento valioso al partido anti-euro.

Por lo demás no queda más que celebrar. El Qe ha llegado y también es grande. Eso sí, tras el crack de Lehman, la Fed tardó dos meses en lanzar Qe1, el BCE tardó 63. Es cierto que existía la versión teológicamente correcta de la Ltro, pero precisamente porque era correcta (dinero prestado y no impreso para siempre). ) la maniobra resultó ineficaz cuando el dinero prestado a los bancos fue devuelto por éstos.

Revisión