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Coca Cola, empieza la revolución: menos azúcar y latas más pequeñas

Menos azúcar y dieta en el frente del embotellado deberían garantizarle al gigante de Atlanta un ahorro de alrededor de 1,5 millones de euros.

Coca Cola, empieza la revolución: menos azúcar y latas más pequeñas

Menos azúcar en Coca Cola. Esta es la principal revolución que se avecina para la marca de bebidas carbonatadas más famosa del mundo, que ya produce el modelo “Zero” sin azúcar pero que ahora quiere moderar los azúcares incluso en las latas normales, que además -al igual que las botellas- tendrán en el futuro formatos más pequeños. Otra novedad: un sello rojo en el logotipo para marcar e identificar aún más una marca conocida en todo el mundo.

El gigante mundial del sector de refrescos y bebidas comunicará el próximo 9 de febrero los datos de balance al mercado y a los analistas, pero la espera de semanas es sobre todo por el plan que deberá liderar en los próximos tres años un grupo con una facturación de más de 41 mil millones de euros. El objetivo es llegar a fin de mes mejorando los márgenes de un negocio que ha experimentado una erosión de los beneficios y una caída de los ingresos en los últimos años. “El proyecto -explica Marcos de Quinto, vicepresidente ejecutivo que supervisa todas las actividades de marketing de The Coca Cola Company- contempla la reorganización de las marcas Coca Cola, Coca Cola Life, Coca Cola Zero, Coca Cola light, hasta ahora estructuradas como unidades de negocio distinta y autónoma”.

El nuevo plan trasladará todo bajo el paraguas de la marca Coca Cola, que luego se declinará en diversas variantes endulzada con o sin azúcar. Prácticamente, cada botella o lata tendrá el mismo diseño y estilo, con un sello rojo. Lo que puede parecer solo un nuevo detalle tendrá que traducirse en eficiencias y ahorros. De hecho, una botella pequeña de Coca Cola a base de azúcar costará más de un 10% más que la misma bebida con edulcorantes.

No es una diferencia despreciable para un grupo que compra azúcar para endulzar unos dos mil millones de refrescos al año. La otra pata sobre la que descansa el plan se refiere a las actividades de embotellado en países como Estados Unidos, China, Japón y algunos países africanos, donde Coca Cola todavía produce directamente. El grupo cambia de manos a favor de los operadores locales para centrarse definitivamente en la gestión, el desarrollo y la comercialización de la marca. Menos azúcar y dieta en el frente del embotellado deberían asegurar un ahorro de alrededor de 1,5 millones de euros.

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