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Champions League, sin remontada para el Milán: el Atlético de Madrid gana con creces

El Milan se derrumba bajo el poder arrollador del Atlético de Madrid y abandona tristemente la Champions League, un escenario que, si todo va bien, solo volverá a encontrar en un par de temporadas.

Champions League, sin remontada para el Milán: el Atlético de Madrid gana con creces

Sin remontada, sin titulación, sin antecedentes. El Milan se derrumba bajo el poder arrollador del Atlético de Madrid y abandona tristemente la Champions League, un escenario que, si todo va bien, solo volverá a encontrar en un par de temporadas. Los rossoneri necesitaban una hazaña, eso ya se había dicho mucho en la víspera, pero dada la ida era legítimo esperar más, mucho más. En cambio, la batalla prometida por Galliani y Seedorf duró apenas 40 minutos, el tiempo necesario para que los colchoneros cerraran partido, partido y partido. Precisamente en ese tiro afortunado de Arda Turan se obtuvo la imagen perfecta del Milan 2013/14: blanda, distraída y también desafortunada. Características que suelen ser parte de las malas temporadas, para ser canceladas lo antes posible. En retrospectiva, se podría decir que la clasificación fue una tarea demasiado difícil de lograr, pero mirando el doble enfrentamiento (especialmente el partido de San Siro) queda un poco de amargura en la boca. Hace tres semanas los rossoneri habrían merecido, si no una victoria, al menos un empate y quizás ayer las cosas hubieran ido de otra manera. Por lo demás, las recriminaciones son cero, pese a que la primera mitad del once de Seedorf fue todo menos para tirar por la borda. Sin embargo, la constante se está volviendo crónica: el Milan juega bien como máximo una vez, luego colapsa tanto mental como físicamente. Con estas premisas era imposible sacar lo mejor del Atlético de Madrid, un equipo duro, auténtico, a imagen y semejanza de su entrenador Simeone. En la noche del Calderón hay poco, muy poco que salvar: la reacción tras la desventaja inmediata, un par de sencillos (Kaká, Poli, quizás De Jong). Entre ellos está Balotelli, el peor en el campo, capaz de hacerse notar sólo por la tonta tarjeta amarilla subsanada por protestas al final de la primera parte. A pesar de la mala velada de Supermario, el Milan se había movido muy bien. Inmediatamente bajo el colosal ingenio de la galardonada pareja Essien-Rami, explotada con gran efecto por un súper (lo hace) Diego Costa (2'), los rossoneri habían logrado encontrar el empate con Kakà, servido brillantemente por Poli.

El 1-1 había desplazado la inercia del partido hacia los invitados, tanto que el propio brasileño estuvo cerca de hacer el 1-2 que hubiera trastocado todos los equilibrios. Pero entonces, en el mejor momento del Milan, llegó el gol de Arda Turan, cuyo disparo inofensivo encontró el decisivo (y desafortunado) desvío de Rami. Seedorf intentó sacudir a su plantilla metiendo a Robinho en lugar de Taarabt y cambiando la formación (del 4-2-3-1 al 4-3-3), pero ya la tortilla estaba hecha. El Atlético estuvo cerca de marcar el tercer gol con Gabi (larguero), luego, en el minuto 71, lo encontró con Raúl García, que cabeceó entre las finas estatuillas rossoneri. La reacción del Milán, derretida como la nieve al sol, fue toda en el larguero de Robinho, aunque inútil a efectos de la clasificación. Lo cual fue sellado, o más bien celebrado, por Diego Costa (85'), autor de un partido realmente buenísimo. Así terminó con las clásicas dos caras de la moneda: la sonriente (el Atlético, homenajeado por Calderón hasta con el "ola") y la triste. Todo de Milán y de Clarence Seedorf. “Cuando pierdes hay amargura, dejar la Champions siempre es muy triste – pensó el holandés en la rueda de prensa. – En la primera parte hicimos un buen partido, pudimos haber luchado por ello. Pero a este equipo le cuesta reaccionar cada vez que cae, estoy aquí para tratar de animarlos, a partir del domingo". Cuando el Parma llegue a San Siro, por el primero de los once partidos que le quedan para llegar al menos a la Europa League. Incluso si, mirando las caras de los aficionados del Milán, solo hay ganas de cerrar esta temporada. Y rápido también.

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