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Cataluña: Puigdemont declara "suspendida" la independencia y se abre al diálogo

El gobernador catalán anuncia que próximamente se celebrará una sesión para proclamar oficialmente la independencia, pero pide al Parlamento que la suspenda unas semanas para entablar un diálogo con Madrid - Rajoy: "Declaración inaceptable". Gobierno prepara una respuesta adecuada.

“Hemos obtenido el derecho a ser un estado independiente”. Perseguido por Europa, por el Gobierno de Madrid, por los sindicalistas que han recobrado fuerza en toda España en la última semana, por la huida de empresas y bancos, pero sobre todo por las luchas internas dentro del propio frente independentista, Carles Puigdemont da un paso más hora más de tiempo para elegir qué decir, qué palabras usar, qué línea seguir.

Al final, el presidente de la Generalitat decide seguir adelante, anunciando que en una reunión oficial que se celebrará próximamente se proclamará la independencia de Cataluña. “Estamos en un momento histórico y como presidente asumo el mandato del pueblo de transformar Cataluña en un estado independiente y republicano”, ha dicho. 

Sin embargo, no se sabe cuándo y si ocurrirá, porque paralelamente el gobernador catalán ha pedido al Parlamento de Barcelona que suspender los efectos de la Declaración por algunas semanas, con vistas a establecer un diálogo con Madrid e iniciar negociaciones. “Pido a la asamblea que vote una moción para suspender la Declaración de Independencia para dar tiempo al diálogo”.

La palabra "independencia" largamente esperada por los halcones de la CUP ha sido pronunciada, pero por el momento prefieren estancarse, congelando la Declaración Unilateral a pesar de los muchos descontentos internos. 

"Hoy el gobierno está haciendo un gesto de responsabilidad. Este conflicto se puede resolver con un acuerdo. Sin embargo, no nos detendremos, porque queremos ser fieles a nuestra historia, a nuestros hijos e hijas”.

A última hora de la tarde, Puidgemont firma la declaración, votada por 72 parlamentarios catalanes de 120. El texto prevé la creación de "una República Catalana como Estado independiente y soberano" pero al mismo tiempo espera "la apertura de negociaciones con el Estado español para definir un sistema colaborativo en beneficio de ambas partes”.

La 'pelota' pasa ahora a manos del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que está previsto que mañana intervenga ante el Congreso de los Diputados. Mientras tanto, sin embargo, según lo escrito por el diario español El PaísEl Gobierno de Rajoy considera las palabras del presidente catalán "una declaración de secesión inadmisible" y prepara una respuesta adecuada.

Las fuentes gubernamentales citadas por la agencia de prensa comparten la misma opinión Efe, según el cual: "Es inadmisible hacer una declaración implícita de independencia y luego suspenderla explícitamente. El gobierno no cederá al chantaje”, reiterando que el referéndum fue “fraudulento e ilegal”. 

En el discurso pronunciado ante el Parlament de Catalunya, Puigdemont decidió, por tanto, apoyar la fronda del diálogo, ante "la fuerte necesidad de no avivar la tensión". “De mi discurso -prosiguió el número uno de la Generalitat- no esperéis amenazas ni chantajes. Es un momento demasiado crítico y serio. y debemos asumir nuestras responsabilidades para reducir la tensión y no aumentarla”.

A pesar de ello, hubo duras palabras contra la violencia del XNUMX de octubre: “El XNUMX de octubre Cataluña celebró su referéndum en condiciones extremas. Es la primera vez en la historia de la democracia europea que se realiza una vuelta electoral en medio de la violencia… lo hemos visto todos, lo ha visto el mundo. El objetivo no era ganar las urnas, era causar pánico para que la gente se quedara en casa y no viniera a votar”. 

“No somos delincuentes, no somos locos, no somos golpistas, somos gente normal que pedía poder votar", prosigue, apuntando que, si el Gobierno de Rajoy no hubiera cerrado la puerta del todo en los últimos años, "humillando al pueblo catalán", probablemente la situación hubiera sido diferente: "En Se pidió de todas las formas posibles un diálogo para un referéndum como en Escocia en 2014. La respuesta de Madrid fue un no combinado con la persecución de la policía, jueces y autoridades españolas contra Cataluña, recordando entre otros la detención de 17 cargos públicos catalanes”.

Una referencia también a las palabras del Rey: “Esperábamos que el Rey Felipe pudiera actuar como mediador, dado que ninguna institución central está abierta al diálogo con Cataluña. Pero con su discurso de la semana pasada demostró que esa hipótesis se pierde. 

(Última actualización: 22.45 horas). 

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