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Caos Ilva: ArcelorMittal cierra los hornos, luego reconsidera

El grupo franco-indio acusa a Invitalia de no respetar los compromisos sobre el pago de la tasa pública, pero luego tranquiliza a los sindicatos. Las jugadas del nuevo Gobierno, que replanteará la hoja de ruta de Conte, son decisivas.

Caos Ilva: ArcelorMittal cierra los hornos, luego reconsidera

no puedo encontrar la pazIlva de Tarento. El choque entre el grupo franco-indio ArcelorMittal y el Gobierno es cada vez más frontal: el primero acusa a la filial Invitalia de incumplir los compromisos sobre el plan de recuperación y anuncia inicialmente la paralización, o al menos la desaceleración temporal de la producción y las inversiones. Luego, el cambio de rumbo con los sindicatos: los hornos se reanudaron a pleno rendimiento, incluso llamando al personal del fondo de cesantía. En todo ello, a merced de las constantes idas y venidas hay 10.700 trabajadores que aún no tienen certezas sobre el futuro: “Somos rehenes”, resumen las siglas sindicales.

"A pesar del carácter vinculante del acuerdo - se lee en el comunicado de prensa de ArcelorMittal - a la fecha, Invitalia aún no ha suscrito y desembolsado su capital social. Este incumplimiento persistente está afectando gravemente la sostenibilidad y las perspectivas de la empresa y sus empleados". Un reforzamiento de la señal ya enviada con la carta del 3 de marzo en la que la empresa franco-india pone en conocimiento del gobierno y anuncia el recurso al arbitraje internacional. El impago del Estado italiano se refiere a la primera ampliación de capital prevista por el acuerdo el pasado mes de diciembre, los 400 millones que debe entregar el 50% de Ilva a Invitalia, pero que la empresa pública aún no ha concretado.

El segundo, previsto para mayo de 2022 e igual a 680 millones, llevará la participación estatal al 60%. Todo ello en apoyo de un plan industrial que prevé un mix de altos hornos y hornos eléctricos, una producción a pleno rendimiento de 2025 millones de toneladas de acero en 8 y el mantenimiento de los puestos de trabajo actuales. La falta de pago a los comisarios de la cuota de alquiler trimestral de las instalaciones en febrero probablemente también sea parte de la estrategia apremiante de ArcelorMittal. El freno del gobierno no surge de Reflexiones respecto a la hoja de ruta diseñada por el ejecutivo de Conte, tal y como reiteraron todos los nuevos ministros competentes (incluido el titular de Transición Ecológica) en la cumbre de la semana pasada. Lo que pesa mucho es la inseguridad jurídica del veredicto del Consejo de Estado (previsto para mediados de mayo) sobre la denuncia del alcalde de Taranto que pedía el cierre de los altos hornos de Ilva.

El juego sigue siendo muy abierto y muy confuso. En la piel de más de 10.000 familias y de toda una ciudad que reivindica el derecho al trabajo ya la salud.

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