¡Misión cumplida! En la antesala de la novena jornada, el Inter venció con un pirotécnico 4-2 al Verona y volvió cerca del área de Champions, aunque con un partido más que Juventus y Napoli. Se suponía que iba a ser un partido abierto y divertido y, al menos en parte, se cumplieron las expectativas. Los nerazzurri afrontaron el partido con el ánimo adecuado, encontrando luego la ayuda de la suerte, que al menos favoreció el acierto de los dos primeros goles. Verona, por su parte, acusó lo que en España llaman "miedo escénico", que es el miedo a estar en un escenario más importante de lo habitual. De hecho, no es casualidad que los venecianos solo mostraran su mejor versión cuando el partido estaba comprometido, como si se hubieran sacudido todas las presiones que los acompañaban. En resumen, el Inter merecía una victoria, pero no pueden sonreír en absoluto; sin embargo, a las distracciones defensivas hay que sumar los goles y los puntos, que costaron otros dos goles pasivos (hacen 8 en los últimos tres partidos) además de los reproches de Walter Mazzarri. “Estuvimos muy bien hasta el 2-0, pero luego tenemos que mejorar – reconoció el técnico nerazzurro. – Muchas veces nos reflejamos y jugamos más por el público que por otra cosa, eso no es bueno. Cometemos demasiadas liviandades, la ingenuidad podría costarnos muy caro. Vimos a la Juve ganar 2-0 en Florencia y luego perder 4-2, nunca debemos bajar la guardia". El motivo de estas distracciones aún no está del todo claro: para algunos se trata de limitaciones técnicas, para otros de errores evitables atribuibles a la inexperiencia. Mazzarri opta por el segundo camino: “Tenemos un equipo joven con mucha gente buena que juega bien. Mientras todos estaban concentrados hicimos un gran partido, pero en cuanto soltamos las riendas Verona nos puso en aprietos. Si queremos molestar a todos y permanecer en la cima, no debemos mirarnos en el espejo y reconocer estos descuidos".
En general, sin embargo, la noche del sábado de los nerazzurri puede considerarse feliz. Mazzarri opta por enfrentarse al Verona con el ya probado 3-5-1-1, aunque más ofensivo de lo habitual. Ricky Álvarez, de hecho, sube al centro del campo en lugar de Taider y Kovacic se coloca detrás de Palacio, para un Inter que decide ponerlo a nivel técnico. El proyecto funcionó y los nerazzurri se encontraron arriba por dos goles después de solo 12 minutos. Sin embargo, los dos goles se produjeron de manera bastante casual: en el minuto 9 una volea con la derecha de Jonathan destinada a salir desviada encuentra un desvío de Moras, en el minuto 12 una parada de Jorginho acaba directo en el cuerpo del desprevenido Palacio. Verona patinó, pero entonces el Inter empezó a mirarse al espejo (Mazzarri dixit) y a conceder algo. En el 32' Martinho aprovechó el lado de Toni (además del error de los centrales nerazzurri) para colarse en el área y batir a Carrizo (2-1). Todo reabierto? ¡De ninguna manera! Cinco minutos después, en efecto, Cambiasso marca el tercer gol tras un tiro de Nagatomo, y al inicio del segundo tiempo (56') también marca Rolando, aprovechando de nuevo una carambola de tiro de esquina. Aquí parece que se acaba el partido y Mazzarri inicia la vorágine de sustituciones, necesarias de cara al próximo partido entre semana (martes en Bérgamo ante el Atalanta): fuera Cambiasso y Palacio, entrada Kuzmanovic y Belfodil. Pero el Inter aún no ha aprendido a gestionar los resultados con la debida calma, por lo que el Verona aprovecha para salvar las apariencias. En el 71' Toni protege el balón y se lo sirve a Rómulo, cuya zurda se cuela por detrás de Carrizo (4-2). También habría tiempo para el 4-3 de Toni, pero el colegiado Celi para todo por una supuesta (¿?) falta del atacante sobre Ranocchia. Mazzarri huele un aire que no le gusta y decide engrosar las filas: sale Kovacic (justa su actuación como centrocampista ofensivo/segundo delantero), entra Taider. El partido terminó sin más sobresaltos y el Inter se llevó así a casa una preciosa victoria. El camino hacia un campeonato superior aún es largo, pero aun así, eso es suficiente por ahora.
