Las campañas electorales, especialmente en Italia, siempre han sido periodos encomiables en los que se promete todo, generalmente sin especificar cómo se financiarán las promesas. Pero hay más en la actual campaña electoral. Dos fuerzas políticas importantes, la Liga de Salvini y el Movimiento Cinco Estrellas, continúan agitando la posibilidad de que Italia abandone el euro.
Este es un debate lleno de humo. Está claro incluso para los no informados que la zona del euro, en palabras de los economistas, no es una zona monetaria óptima. Es decir, el euro no funciona igual de bien para todos los países miembros. Por lo tanto, es legítimo discutirlo. Pero discutirlo, más aún en una fase incierta como la preelectoral, implica costos. Los mercados están atentos y, aunque la probabilidad de que Italia abandone el euro es aún muy baja, el hecho de que fuerzas políticas importantes lo estén discutiendo aumenta esta probabilidad.
Así, el diferencial de los BTP con respecto a los bonos alemanes -una especie de termómetro de la agilidad con la que Italia está en el euro- ha empeorado considerablemente. En el último mes, el diferencial de Italia aumentó 35 puntos básicos (0,35%), mientras que cayó 3 puntos para Portugal, 77 para Grecia y, a pesar del asunto de Cataluña, subió en España solo 8 puntos básicos. En la práctica, en pleno funcionamiento implica un gasto adicional por intereses de aproximadamente 5 millones.
Nuestra deuda pública es colosal y parece un argumento inconveniente para la campaña electoral, ya que casi nadie habla de cómo bajarla. Sin embargo, al menos tratamos de evitar discusiones fútiles que solo lo harán crecer.