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Bio, qué boom: todos los números del récord italiano

Los datos del biobanco confirman el crecimiento del sector, que ya alcanza el 15% de la superficie cultivada en Italia, y de toda la cadena de suministro. Las ventas en el mercado nacional en 3,6 millones y las exportaciones también juegan su papel con una facturación de 2 millones de euros

Bio, qué boom: todos los números del récord italiano

Quien piense que la partida orgánica está ganada de una vez por todas no conoce bien el sector, ni los nuevos retos que le esperan.

Los retos han marcado la historia de la agricultura ecológica desde sus inicios, cuando se decía que era imposible producir con métodos de agricultura ecológica.

Pero solo compare los primeros datos estructurales sobre la agricultura orgánica en Italia recopilados por Bio Bank en 1993 y los elaborados por Sinab en 2017, para comprender que podría y cómo.

En veinticinco años hemos pasado de 71 hectáreas dedicadas a bio a más de 1,9 millones, de un porcentaje de incidencia de bio sobre la SAU nacional de cero puntos a más del 15%: de poco más de 4 operadores certificados a casi 76 mil. Un fenómeno que contrasta con todo el mundo agrícola, que en veinte años ha perdido el 46% de las empresas, que pasó de 3 millones en 1990 a 1,6 millones en 2010, según los censos del Istat.

Hoy las fincas orgánicas son el 4,5% del total. Un número destinado a crecer, porque crece la demanda. La palabra Bio está en todas partes. Es un auténtico passepartout para abrir las puertas de los mercados.

Según Nomisma, en 2017 las exportaciones alcanzaron los 2 millones de euros, lo que confirma el papel tractor de la agricultura ecológica para todo el sector agroalimentario. Las ventas en Italia alcanzaron los 3,6 millones. Pero mientras las tiendas especializadas en alimentación ecológica marcan época con una caída de ventas del 3% respecto a 2016, la gran distribución avanza a doble dígito, con un incremento del 34%. El riesgo está en la banalización de los productos ecológicos que consideran Euroleaves el punto de llegada.

El reto para los pioneros, en cambio, es la valorización de lo bio y de su fuerza ideal e innovadora, que lleva al origen de las materias primas, a las cadenas de suministro bio-dedicadas, éticas y solidarias.

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