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Bellanova, ataques injustos. Salvini, lluvia de goles en propia puerta

A pesar de los poco generosos ataques a Teresa Bellanova, una ministra que creció en la escuela de la unión, los increíbles goles en propia puerta de Matteo Salvini ya han cambiado a una Italia que de la soberanía finalmente ha vuelto a ser europeísta.

Bellanova, ataques injustos. Salvini, lluvia de goles en propia puerta

Una opinión pública agitada por una propaganda obsesiva que ha dado peso y consistencia a una realidad percibida y que ha transformado la política en un chisme de personajes sombríos en ropa interior y sin camisa además de mujeriegos licenciados, ¿puedes ser capaz de entender lo que pasó en Italia en el mes de agosto? La narración de las tertulias televisivas habla de traiciones, da voz a los que habían subido o iban a subir, dándose codazos, sobre el carro del (presunto) vencedor, tamizando el registro civil y las calificaciones de algunos ministros. Tómalo el caso de teresa bellanova, nuevo ministro de Recursos Agrícolas y Alimentarios, que combina el hándicap de ser un auténtico apuliano con el de tener únicamente el título de diplomado de octavo grado.

Nadie recuerda que Teresa asistió a esa escuela secundaria de trabajo y vida llamada CGIL ed. ha ascendido a la secretaría nacional de una categoría importante. Su preparación le permitió ser -tras una presencia activa de la Comisión de Trabajo en la Cámara- una excelente viceministra de Fomento y gestionar complicados conflictos en ese cargo donde estaba en juego el futuro de miles de familias. Pero volvamos a tejer de nuevo el hilo del discurso, tomando como referencia el principio y el final de lo ocurrido en el agosto de “Santos Crispino y Crispiniano”. Las Cámaras cierran por vacaciones después de haber entregado al Capitán, con un voto de confianza, un bochornoso decreto bis de seguridad que lo convierte en ''único y último decisor'' de la vida de los refugiados (que se atreven a embarcarse en el barco de una ONG) y perseguidor inflexible.

Además, con un viaje del primer ministro Conte a la M5S, también pasa una resolución pro Tav. No en vano, después de la votación del 26 de mayo, los pentastellati son perritos con correa del Conductor de la Liga, que desde la sede de verano del Viminale, creado en un baño de Milano Marittima, pontifica contra Europa (que lo ha marginado ) y promete, cueste lo que cueste, una maniobra de 50 millones, como si no supiera que Conte y Tria, cuando obtuvieron el desistimiento del procedimiento sancionador, habían pactado una vía de colaboración con la nueva Comisión de cara al 2020 ley de presupuesto.

Luego, en una de sus rondas por los centros turísticos italianos (¿el Tribunal de Cuentas no tiene nada que decir sobre estos traslados con los medios y a expensas del Estado?) Salvini decide volar la mesa, pregunta (pero no abre al tener a sus ministros, los únicos que permanecen pegados a sus escaños hasta el final) la crisis de gobierno y elecciones anticipadas para obtener ''plenos poderes'' de los ciudadanos italianos, contando con una victoria segura como le prometen las encuestas. Nos detenemos aquí, fotografiando la situación que los italianos podrían haber esperado si ese proyecto hubiera atravesado (el escritor ve en él el riesgo real de un régimen peronista, por decir lo menos). Entonces, como sabemos, la estupidez humana impulsada por la arrogancia acaba por hacerse daño a sí mismo (Mao decía que los reaccionarios son lo suficientemente tontos como para levantar grandes piedras con dificultad para hacerlas rodar sobre sus pies); así que para el Capitán, víctima del sobrecalentamiento del ego debido a la exposición excesiva al sol, todo salió mal.

Cuando se reanudó la actividad política, en la batalla abierta entre soberanistas y europeístas, Italia cambió de bando: fue el bastión del populismo nacional vulgar y forzado, en apenas unas semanas se ha convertido en un estado que pretende abordar y resolver los problemas según las reglas y de acuerdo con la Unión (que ya no se considera un malvado adversario, sino un "pilar" sobre el que se asienta la política nacional) . Y para reforzar este cambio de línea, la relación con la Comisión está blindada por peces gordos como Paolo Gentiloni en Bruselas y Roberto Gualtieri en el MEF. En la nueva perspectiva, las políticas también cambiarán. El ''piloto automático'' volverá a funcionar.

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