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Bancos alemanes y bancos italianos: hijas e hijastras

Afortunadamente, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha rechazado la solicitud de un banco público de Baden Württemberg para escapar de la supervisión del BCE, pero las jugadas de los alemanes para favorecer a sus bancos eludiendo las normas europeas son innumerables: desde el sparkasse hasta los NPL y la infravaloración. de derivados – Con efectos penalizadores sobre los bancos italianos

Bancos alemanes y bancos italianos: hijas e hijastras

Hace unos días saltó la noticia de que el banco público alemán LLBW (Landeskreditbank Baden Württemberg), con activos superiores a los 30 millones de euros, vio rechazada su solicitud de no estar sujeto a la supervisión del Banco Central Europeo por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, pero al del Bundesbank, debido a que su riesgo de insolvencia parece extremadamente limitado. 

Esta petición es sólo el último acto de una serie de intervenciones que han puesto en primer plano toda la política alemana en defensa de la independencia y autonomía de los bancos, empezando por el intento de mantener sus cajas de ahorro regionales, las sparkasse. A esto se suma el diferente peso atribuido a los NPLs y derivados por las autoridades europeas, con efectos, en cuanto a la necesidad de recapitalización, que tienden a penalizar a las entidades de crédito italianas, donde el peso de los préstamos a la economía real es mayor, en detrimento de aquellas entidades, sobre todo en el norte de Europa, donde en cambio el uso de contratos de derivados es corriente y libre de sanciones (un ejemplo sobre todo es el caso de Deutsche Bank). Por último, sin contar la posición adoptada por Alemania en las instituciones europeas, cada vez más inclinada a cambiar el artículo 2 de la directiva sobre requisitos de capital, que hoy permite excepciones solo para grandes instituciones nacionales como la Cassa Depositi e Prestiti en Italia y sus contrapartes en otros países, y que a los alemanes les gustaría extender a sus bancos regionales. 

Una terquedad e insistencia, la alemana en dejar el mayor margen posible de autonomía y respiro a su sistema bancario, que en ocasiones puede parecer grotesca si se tiene en cuenta la última pieza de este mosaico, a saber, el deseo de Andreas Dombret. vicepresidente del Bundesbank, que los funcionarios del BCE y de las demás autoridades supervisoras europeas que deseen comprobar la salud de los bancos en Alemania tengan un conocimiento profundo del idioma alemán, y así permitan a sus bancos representar mejor cuál es su situación financiera situación, evitando así “malentendidos” o, para decirlo en alemán, ya que el idioma inglés está cayendo oficialmente en desgracia después del Brexit, “missverständnisse”. 

La sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, por tanto, no puede sino acogerse con satisfacción porque reitera por una vez que las normas con las que hemos decidido dotarnos en el contexto europeo prácticamente a la vista y sin ningún indicio negociador, justo o no, deben en en todo caso ser respetado por todos y no intermitentemente según las conveniencias del momento. 
Quizás, si hay una lección que nuestro país debe sacar de todo esto, es ver cómo en otras realidades y otros contextos se está haciendo todo lo posible para preservar las peculiaridades estructurales y la biodiversidad de su sistema bancario, conscientes de que estas prerrogativas aún representan hoy su fuerza y ​​solidez. Reducir el grado de biodiversidad y abrir el mercado a sujetos extranjeros, sin adquirir una buena dosis de anticuerpos, es fatal no sólo para la estabilidad misma del sistema bancario nacional sino también para el desarrollo económico y la economía real; consideraciones, éstas, que una política atenta al país y con una mínima visión de futuro debe tener muy en frente.

* El autor es el Secretario General de Assopopolari

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