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Tapering air, desempeño de Btp en vuelo

La inflación al tope desde hace diez años es un arma en manos de los halcones alemanes que aumentan la presión sobre el BCE para que frene el plan de compras una semana después de la reunión del 9 de septiembre. Esto es lo que puede pasar

Tapering air, desempeño de Btp en vuelo

Y quién iba a pensar que, a menos de un mes de las elecciones, inflación alemana tocó el techo del 4% anual, incluso por encima del promedio de la Eurozona del 3%, el más alto en diez años? Ante estos números (+1,6% los componentes volátiles como no ocurría desde diciembre de 2012) la cólera furiosa con la que hoy Jens Weidmann, presidente del Bundesbank, una semana después de la dirección del BCE, atacará la política "blanda" del Banco Central Europeo. Como, inaudito, viene haciendo desde hace tiempo. Pero hoy, en el simposio del Bundesbank, el halcón alemán tendrá de su lado, además de sus aliados (Bélgica a la cabeza), otros oídos sensibles a las inquietudes del Banco Central alemán. Incluso el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, un viejo zorro en la política española, se ha mostrado dispuesto a escuchar las críticas a los Halcones, incluidos los de Weidmann relegados desde la época de Mario Draghi, en oposición a las elecciones del banco. 

“En 2021 la economía va mejor de lo que esperábamos -le dijo a El Confidencial- y eso se verá reflejado en las proyecciones que se publicarán en los próximos días”. “Si la inflación y la economía se recuperan –añadió De Guindos– entonces lógicamente habrá una normalización gradual de la política monetaria y también de la política presupuestaria”. Es decir, como ya han pedido los gobernadores de Austria y Alemania, ralentizar o incluso suspender las compras previstas por el programa Pepp, que además tiene todavía disponibles alrededor de 500 millones para colocar en los mercados hasta marzo. En definitiva, cada vez es más probable que el compromiso de mantener el ritmo de compras muy alto fracase.

¿Irá así? Ciertamente, por primera vez, la hipótesis de un miniajuste en Frankfurt (no descartada por el gobernador de la Banque de France) fue tomada en serio por los mercados. Desde el martes por la noche uno ráfaga de ventas de bonos del gobierno en la parte larga de la curva. El rendimiento del BTP a 0,71 años subió al 108,6%, el nivel más alto desde mediados de julio, según se confirmó en la negociación de esta mañana. Se trata de la desviación más significativa de la Eurozona con el resultado de ampliar el diferencial respecto al Bund alemán negociado hasta el -0,39% desde el -0,44% de la víspera hasta los 5 puntos. Bajo presión, aunque de forma más moderada, los rendimientos de la avena francesa (+6 puntos básicos). En resumen, los mercados creen en ello. Y no será fácil para Fabio Panetta, miembro italiano del banco central, defender la necesidad de compras al ritmo actual: Italia, que vive un ritmo de crecimiento del PIB cercano al 2019%, se acerca al otoño en plena aceleración. , aunque todavía está lejos de los niveles de 2009 (ellos mismos rezagados con respecto a XNUMX). 

pero es mucho difícil para la línea de halcones pasar, gracias a la rigidez de las estructuras del banco. Si el programa Pepp fuera suspendido o incluso cancelado (como pide Austria), el BCE se encontraría prácticamente sin municiones para hacer frente a la emergencia pandémica. La única arma sería el programa APP (20 millones al mes) con bastantes inconvenientes: no se contemplan los bonos griegos; varios países, incluida Alemania, ya han alcanzado el techo máximo de intervención. De ahí la sensación de que la reunión de la próxima semana en Frankfurt terminará con con un punto muerto o, como mucho, con un ligero corte. Un soborno para quienes, como Wolfgang Schauble, alma del rigor alemán, consideran la política inaugurada por Mario Draghi como la verdadera causa del declive de los moderados al otro lado del Rin. 

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