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Crisis del Milán otra vez: ante el Génova es 1 a 1

El Milan se pierde la cita con la victoria por quinto partido consecutivo, dando un portazo al muro de un Génova a todo pulmón, dejado en el 10 por la expulsión de Manfredini - Kakà-Gilardino pregunta y respuesta en los primeros minutos, luego Balotelli falla un penalti y Perin lo guarda todo.

Crisis del Milán otra vez: ante el Génova es 1 a 1

De ninguna manera. El Milan no consigue ganar ni siquiera ante un Génova reducido a 10 hombres durante casi una hora, y sale entre abucheos de un San Siro cada vez más furioso. Ahora son cinco partidos consecutivos sin éxitos, los puntos en la clasificación son solo 14: en definitiva, ¡un desastre en todos los ámbitos! Satisfacción en cambio en el Génova, donde el empate de la remontada ante los rossoneri se acoge con razón casi como una victoria, visto cómo han ido las cosas.

Ni siquiera tres minutos de juego y los de Allegri, obligados a prescindir de Mexes por un problema ocular subsanado en el calentamiento, se encuentran por delante. El balón de De Jong es precioso, el control de Kakà aún más: el ex Balón de Oro lo deposita con infinita gracia y la frialdad de Perin con una diagonal quirúrgica. El pueblo rossoneri, que llegó a San Siro bastante fiero ("Rojo como la sangre, negro como el miedo: si no escupes sangre, empieza a tener miedo" era la pancarta de bienvenida de la Curva Sud), empieza a relajarse. Pero con el Milan estos días nunca se sabe, y de hecho cinco minutos después Génova empató. Emanuelson comete una falta tan ingenua como clara sobre Fetfatzidis, Gervasoni solo puede conceder el penalti al rossoblu, que Gilardino transforma con frialdad: 1-1 y balón en el centro. Los rossoneri no se desanimaron y siguieron atacando con mucha convicción. En el minuto 35 el episodio que parece cambiar el partido: Balotelli, solo frente a Perin, es tirado al área por Manfredini, el árbitro decreta penalti y expulsión. “Super Mario era el infalible”, va al punto, pero el portero del Génova imita a Reina (el último en salvar un penalti al atacante) y rechaza el disparo. San Siro pide a gritos los atributos (eufemismo) y abuchea a todo el mundo, menos al ídolo local Kakà. En la segunda parte los rossoneri cargaron con la cabeza gacha y las ocasiones se desperdiciaron. Matri, Kakà, Balotelli, Birsa y Zapata lo intentan pero el balón nunca entra. La puntuación (28 tiros a 2) sugeriría una velada desafortunada, y en parte también lo es. Sin embargo, más allá de esto, el juego continúa desapareciendo y la gente no puede soportarlo más. No es casualidad que los ultras del AC Milan protegieran la salida del garaje hasta altas horas de la noche, lo que obligó a Allegri y sus hombres a permanecer dentro del estadio. Ahora sigamos adelante, porque la Champions League se llevará a cabo el martes. Los rossoneri acudirán a Glasgow para disputar su primer punto de partido de clasificación. Normalmente sería un negocio ordinario, en estos días una empresa casi impensable.

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